NeÓn primitivo - Poemas de Alfonso Fajardo
NeÓn primitivo
Poema publicado el 10 de Octubre de 2005
Comienza el ruido neón del día de los locos
y ya el tiempo y la luna
son filos de una misma navaja que sonriente
parte la nieve del autoexilio cuando ni el amor o la poesía
alimentan este viejo cuervo enterrado vivo en el mármol del pecho
Comienza mi memoria y tus ojos
son dos gusanos anaranjados que rezan al pie
de un promontorio de piedras como huesos como sueños
mientras nazco de nuevo de la mano del pan del infierno del estío
Sólo la escalera imaginaria de las calles cuenta
a la hora que el pasado vese en lo primitivo de la azul bruma
y yo y mi otro yo suben
a los estadios del silencio donde la paz reina como el vientre de una prostituta
o la conciencia de un país abandonado en el lobby de los pederastas
¡Ah cómo extraño el tiempo de cuando el tiempo aún era tiempo,
y no una palabra desgastada por la repetición de su nada!
¡La Inmolación! ¡¡La Inmolación!! ¡¡¡La Inmolación!!!
He aquí la música de la neblina y sus ventanas infinitas
Apenas comienza el día negro el fuego de los locos
y ya mis neuronas como globos de gas
penetran en el secreto donde mórbidos ángeles fuman el tabaco de los dioses
Poema publicado el 10 de Octubre de 2005
Comienza el ruido neón del día de los locos
y ya el tiempo y la luna
son filos de una misma navaja que sonriente
parte la nieve del autoexilio cuando ni el amor o la poesía
alimentan este viejo cuervo enterrado vivo en el mármol del pecho
Comienza mi memoria y tus ojos
son dos gusanos anaranjados que rezan al pie
de un promontorio de piedras como huesos como sueños
mientras nazco de nuevo de la mano del pan del infierno del estío
Sólo la escalera imaginaria de las calles cuenta
a la hora que el pasado vese en lo primitivo de la azul bruma
y yo y mi otro yo suben
a los estadios del silencio donde la paz reina como el vientre de una prostituta
o la conciencia de un país abandonado en el lobby de los pederastas
¡Ah cómo extraño el tiempo de cuando el tiempo aún era tiempo,
y no una palabra desgastada por la repetición de su nada!
¡La Inmolación! ¡¡La Inmolación!! ¡¡¡La Inmolación!!!
He aquí la música de la neblina y sus ventanas infinitas
Apenas comienza el día negro el fuego de los locos
y ya mis neuronas como globos de gas
penetran en el secreto donde mórbidos ángeles fuman el tabaco de los dioses
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