Poemas de FRANCISCO DE RIOJA
FRANCISCO DE RIOJA
Francisco de Rioja (1583-1659). Poeta español.
Nació en Sevilla hacia el año 1583. Si algo marcó la vida de este poeta sevillano fue su enorme amistad con el conde-duque de Olivares; quien lo nombró bibliotecario del rey Felipe IV, consejero del Tribunal de la Santa Inquisición, cronista de la corte en Castilla y canónigo de la Catedral de su ciudad natal. Como es de sospechar, fue un hombre muy respetado en su época. Su amistad llegó a tal extremo que acompañó al conde-duque en su destierro, y a la muerte de éste; volvió a Sevilla para vivir un larguísimo periodo en la anonimidad. Aún más tarde participó algo en la corte, volvió a Madrid, donde murió en el año 1659.
Perteneciente a la llamada escuela sevillana, fue un poeta original y muy cerebral, aunque a veces estallaba en pasiones. Sus pensamiento están expresados en sus poemas de una manera cuidada y refinada, consiguiendo una perfecta armonía entre la versificación y el tema a tratar. Escribió unos treinta sonetos amorosos y algunos sobre temas de carácter filosófico, cuyo tema central era la brevedad de la vida y la inestabilidad de la fortuna. Escribió obras en prosa, algunas de ellas destinadas a la defensa de su amigo, el conde-duque de Olivares. Escribió poemas a árboles y plantas, al río Guadalquivir, o a las ruinas de Atlántica e Itálica -la naturaleza, junto a las ruinas, era un tema de gran gusto para los poetas de esta escuela-. No ocultaba su afición a la arqueología.
Manejaba con gran maestría la silva, entre las que se encuentra -como más bellas- A la rosa, Al clavel, A la rosa amarilla, Al jazmín... Rioja veía en las flores un emblema de la fugacidad de las cosas humanas y, en particular, del amor, que caduca apenas ha nacido. Se le llamaba el poeta de las flores.
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