Xix - Poemas de Pedro Luis Menéndez
Xix
Poema publicado el 11 de Julio de 2006
hizo forma en los rezos de las mujeres
en la mirada necia del piloto
sin punto y sin destino/
en el seguro azar que nos golpea
si nombramos la vida en un pasmo de miedo/
y no hay alba/
sólo después de fingirnos
una boca que sueña/ y ya no hay alba
porque se acerca el tiempo de la costa tendida
como pinzas de nube en un arrobo del cielo/
podemos encontrarnos
si aturdidos de rabia en un instante más
donde no hay luna/
donde el silencio estorba quietamente las voces de los hijos
y un puño de tristeza se abalanza
de pronto contra todo/
y ya no hay alba
porque se acerca el tiempo furioso de fortuna/
la negación audaz de la marea/
el frío fin
si aturdidos de rabia en un instante más
podemos encontrarnos/ decirte
Leonor
las ansiedades de un pecho que se agota
en esta oculta esperanza de la tierra/ donde
no hay luna/
donde el silencio estorba quietamente las voces de los hijos
y esperamos/ como la sed que aguarda en el crujir
de dientes/ alguna luz
un eco de palomas
porque se acerca el tiempo tendido de la costa/
si aturdidos de rabia en un instante más
podemos encontrarnos/ Leonor/
tan lejos del infierno y este morirnos ya
contra la vida
después del paraíso
Poema publicado el 11 de Julio de 2006
hizo forma en los rezos de las mujeres
en la mirada necia del piloto
sin punto y sin destino/
en el seguro azar que nos golpea
si nombramos la vida en un pasmo de miedo/
y no hay alba/
sólo después de fingirnos
una boca que sueña/ y ya no hay alba
porque se acerca el tiempo de la costa tendida
como pinzas de nube en un arrobo del cielo/
podemos encontrarnos
si aturdidos de rabia en un instante más
donde no hay luna/
donde el silencio estorba quietamente las voces de los hijos
y un puño de tristeza se abalanza
de pronto contra todo/
y ya no hay alba
porque se acerca el tiempo furioso de fortuna/
la negación audaz de la marea/
el frío fin
si aturdidos de rabia en un instante más
podemos encontrarnos/ decirte
Leonor
las ansiedades de un pecho que se agota
en esta oculta esperanza de la tierra/ donde
no hay luna/
donde el silencio estorba quietamente las voces de los hijos
y esperamos/ como la sed que aguarda en el crujir
de dientes/ alguna luz
un eco de palomas
porque se acerca el tiempo tendido de la costa/
si aturdidos de rabia en un instante más
podemos encontrarnos/ Leonor/
tan lejos del infierno y este morirnos ya
contra la vida
después del paraíso
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