Poemas de JAVIER PÉREZ WALIAS
JAVIER PÉREZ WALIAS
Javier Pérez Walías Plasencia, 1960
Javier Pérez Walias nació en Plasencia y allí estudió bachillerato; más tarde se
licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Extremadura; en la
actualidad es profesor de Educación Secundaria en Cáceres, aunque está muy
ligado a Málaga, donde ha visto publicados sus libros. Sus poemas han visto la
luz en diversas publicaciones periódicas tanto regionales como algunas de fuera.
Los libros de Pérez Walias se elaboran, o se van construyendo, en torno a una
idea, a una estética y a un estado de ánimo del poeta; son, por tanto, obras
unitarias y como tal se han de leer. Así los dos primeros libros se acercan más
a la estética de “los novísimos”, el tercero busca una renovación del misticismo
y el cuarto, menos vanguardista pero más íntimo, acaricia una estética más
purista en la expresión, como veremos. Es lo que se dice un viaje desde el
vanguardismo hasta la pureza.
Así en el primer libro encontramos poemas como el que comienza “Incluso en estos
días...” cuyo contenido y forma (circulares ambos) se apoyan y recrean un
ambiente otoñal. O la fusión en un nuevo caos mítico del cielo, la tierra y el
mar en el poema Bajo las aguas, donde el autor busca más la expresión
sorprendente que el sentimiento vivido, aunque no esté exento de sensaciones,
pero da prioridad a la forma antes que al contenido.
Del hermetismo de los dos primeros poemarios pasa a una poesía más enraizada en
la tradición, con abundantes referencias a clásicos como San Juan o Aleixandre,
Cernuda, quizá bajo el magisterio de poetas en la línea de Valente. En el libro
A este lado del cauce se multiplican esas referencias a una tradición poética de
profundización, de interiorización, de contemplación de un paisaje (siempre El
Jerte y su Valle) y a partir de la anécdota evocar sensaciones, recrear un mundo
y un momento pasado. El tiempo se detiene, el silencio y la tranquilidad
impregnan el poema de aromas suaves y dulces. Es entonces cuando el estilo
nominal se impone, cuando el poeta “llama” a las cosas y éstas cobran valor por
las sensaciones que emanan de sus nombres, es poesía pura.
El último poemario, Cazador de lunas supone un paso más en obra de autor. Su
madurez la observamos en la tranquilidad que desprenden sus versos, fruto de una
maestría poética que se ha ido haciendo a lo largo de los años. Madurez también
que nos ofrece reflexiones sentenciosas como que todo es tránsito, / caminos /
en un océano sin fondo. Ya en el anterior poemario buscaba el verso cortante y
sentencioso, pero es en este último en el que lo consigue de una manera
brillante. La lentitud y las referencias continuas al paisaje (otra vez del
Jerte), la infancia y sus recuerdos hacen de este poemario un remanso de
sensaciones vividas y expresadas a través de un verso más sencillo, más humano y
cada vez más profundo. Lejos quedan los alardes de pirotecnia verbal, ahora el
pulso seguro del poeta recrea el entorno y el ambiente del paisaje y el tiempo
del poeta.
bajo las aguas
He aquí, bajo las aguas, el beso prometido en las arenas del bosque; e...... abril
Abril, en tu mecedora de aire junto a la puerta ...... poética
Nada importa sino el signo, el símbolo de lo inconcreto, el nombre que...... Esta es la página 1 de un total de 1