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Poemas de Guillermo Ibáñez

Guillermo Ibáñez
Guillermo Ibáñez nace en Rosario en 1949. Al llegar a la adolescencia, cuando empiezan a dársele los primeros poemas, termina de florecer el creacionismo rosarino, ciertamente algo atrasado con relación a movimientos porteños como el invencionismo de Edgar Bayley o su posterior decantación en los poetas de “Poesía Buenos Aires”, liderados por Raúl Gustavo Aguirre. Para entonces, autores como Aldo Oliva, Alberto Carlos Vila Ortiz, Rafael Ielpi, Elena Siró o Armando Raúl Santillán -precedidos de Rubén Sevlever, que hace de nexo con la sensibilidad anterior, la de la Generación del 40-, ya están publicando revistas literarias, y dando a conocer sus primeros libros. Cuando Guillermo Ibáñez comienza su actividad poética, tras juveniles experiencias teatrales, sin embargo, no es a ninguna de estas líneas que adhiere. En efecto, desde “Tiempos”, libro primerizo de 1968, y continuando en “Las paredes”, e “Introspección”, de 1970, su primer libro poéticamente importante, se lo ve comulgar con un desasosiego cósmico de corte vanguardista.

45 del fin
 
 
El rostro que creíamos propio, se deslía en el agua. Acrecient......
el mirar...
 
 
El mirar se detiene en el espacio y ve sólo la nada. Regocijo ......
arte poética
 
 
I No es la espontánea locución de un sentimiento, la ......
ese lugar
 
 
Advertiré la música del paisaje cuando sea el esperado hombre que oye......
del despertar
 
 
Amanece y el murmullo del árbol crece hasta la inmensidad. Se na......
12 dialogal
 
 
–Déjame huir de tu devorada búsqueda-, y permanecer como aquel......
36 del exilio
 
 
A través de la grieta del cristal, acecho al paisaje. La realidad ......
ausente...
 
 
Ausente del suceder, el poema refleja, apenas, el asombro.......
estadía
 
 
I Escurrirse del sopor de la oscuridad. Cla......
x (los espejos del aire)
 
 
La barca se desliza sobre el agua sin que nadie la lleve. Un de......
Éxtasis
 
 
El viento de la tarde y mi cuerpo tendido, gozan de la quietud, afirma......
39 (estandartes)
 
 
Gira en torno a sí mismo, desconcierta a los espejos.......
cuando nace...
 
 
Cuando nace la palabra desaparece Maya, se ilumina el silencio.......
estar...
 
 
Estar entre la vacilación y la memoria, ofrece la certidumbre de......
algo denota...
 
 
Algo denota a otro algo, y comienza a engendrarse un poema.......
no el jardín...
 
 
No el jardín apacible de los lirios. Antes, la avidez de la......
del lugar
 
 
Busco asilo en la memoria. El paisaje se somete al habitan......
del día
 
 
Ahora que la noche vuelve a la memoria de las horas estoy en el pais......
18 de lo libre ii
 
 
Crecer en alas y volar, abandonar todas las cosas en el mom......
32 de la conciencia
 
 
El hombre tiembla absorto ante la imagen de sí mismo.......
35 de dar
 
 
Lo que amo me vacía y me colma.......
fascina...
 
 
Fascina el camino que lleva a la distancia.......
3 (del paisaje)
 
 
Por la gramilla recién segada, pasea con garbo una alondra.......
5 (del paisaje)
 
 
Sugestivo: el pico del pájaro, es la señal del viento.......
escribo más allá...
 
 
Escribo más allá de mí, cuando el naufragio arde en la palabr......
austera la tarde...
 
 
Austera la tarde, carente en este páramo de árboles y pájaros, ag......
poema
 
 
Percibir la nube fija en el horizonte el viento de la sol......
amanecer
 
 
El rocío se ha encendido sobre el césped.......
4 (estandartes)
 
 
Cuestiono los más lícitos argumentos, para comprobar si la de......
10 (estandartes)
 
 
Insaciable sed de dar. Amar no como ritual o conmemoración.......

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