Poemas de Rafael Góchez Sosa
Rafael Góchez Sosa
NACIÓ EN la ciudad de Nueva San Salvador, departamento de La Libertad, el
23 de diciembre de 1927.
Contador (1946) y profesor de educación media en las especialidades de
Estética y Letras.
En mayo de 1958 cumplió las funciones de iniciador y mantenedor de los
Juegos Florales Estudiantiles del Colegio Nuestra Señora del Rosario de
Fátima, en la ciudad de Nueva San Salvador. En agosto, su trabajo Rasgos
de una madrugada pueblerina fue premiada con la segunda mención de honor,
rama de prosa, de los Juegos Florales Agostinos de la ciudad de San
Salvador, competencia literaria a la que se presentó escudado por el
pseudónimo "Neófito".
Su obra fue más ampliamente conocida cuando ganó el tercer lugar poético
en los II Juegos Florales Dicembrinos de Nueva San Salvador (1958, con sus
Tres sonetos dicembrinos); el máximo galardón en los Juegos Florales de
Sonsonate (1959) y el tercer premio, en la rama de poesía, en el Concurso
Literario-Musical "Mater" (mayo de 1959, patrocinado por la Asociación de
la Juventud "5 de noviembre", la radioemisora santaneca YSDR "Radio
Tropical" y El Diario de Hoy).
A esos galardones sumó otro tercer premio, obtenido en los Juegos Florales
de Nueva San Salvador (diciembre de 1959), con su poemario Cancionero de
amor. Un mes más tarde, su trabajo poético Elemental canción a Sonsonate
se hizo acreedor a la máxima presea en los III Juegos Florales de
Sonsonate. Formó parte de la Generación Comprometida.
Junto con José Roberto Cea recopilaron y publicaron la antología Poetas
jóvenes de El Salvador (San Salvador, 1960). En diciembre de 1961, sus
Poemas del amor merecieron el primer accésit poético de los Juegos
Florales de Nueva San Salvador.
Su texto Canto a la ciudad de Ahuachapán fue galardonado con el tercer
premio de la rama de poesía en los Juegos Florales convocados para el
centenario de titulación como ciudad de dicha localidad del occidente
salvadoreño (febrero de 1962).
Su trabajo Ocho poemas ganó el primer premio en los Juegos Florales de
Zacatecoluca, mientras que los poemarios Cancionero de colina y viento y
Canción inevitable se hicieron acreedores al primer y segundo premios de
los Juegos Florales de Nueva San Salvador.
Fundador del Taller Literario "Francisco Díaz". En 1984 viaja a Costa Rica
para participar en el II Simposio Internacional de Literatura. Al año
siguiente, fue invitado al Congreso de la Juventud en La Habana, Cuba,
pero las condiciones bélico-políticas del país frustaron su presencia.
Entre sus libros se encuentran: Luna nueva (poesía, San Salvador, 1962.
Publicado gracias al mecenazgo de Walter A. Soundy, contó con apuntes
decorativos de José Bernardo "Nando" Pacheco), Poemas circulares (poesía,
segundo premio en los Juegos Florales de Quetzaltenango de 1963, impreso
en San Salvador, 1964), Cancionero de colina y viento (sonetos prologados
por Claudia Lars, edición patrocinada por el Concejo de Nueva San
Salvador, San Salvador, 1966) y Voces del silencio (poesía, San Salvador,
1967. Con esta obra ganó el accésit del Certamen Permanente de Ciencias,
Letras y Bellas Artes "15 de septiembre", ciudad de Guatemala, 1965).
A ese listado se suman Desde la sombra (que con el título de Blancos
espejos en la noche gris obtuvo el primer premio poético de los Juegos
Florales de Quetzaltenango, Guatemala, 1967. Fue publicado en San
Salvador, en 1969), Poemas para leer sin música (poesía, accésit en el
Concurso Latinoamericano de Poesía de la revista venezolana Imagen, en
1969. Fue publicado en México, 1971 y reimpreso en San Salvador, 1982),
Los regresos (poesía, libro que obtuvo el primer lugar en los Juegos
Florales de Quetzaltenango, en 1970. Fue impreso en San Salvador en 1977),
Cien años de poesía salvadoreña 1800-1900 (crítica histórico-literaria,
San Salvador, 1978; en coautoría con Tirso Canales), Los días y las
huellas (San Salvador, 1987, con prólogo de Rafael Rodríguez Díaz) y su
muestra antológica Esta mueca circular y sola (San Salvador, 1997).
Fuente: Diccionario de autoras y autores de El Salvador de Carlos Cañas
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