Poemas de SANTA TERESA DE JESÚS
SANTA TERESA DE JESÚS
SANTA TERESA DE JESÚS
(1515 – 1582)
Teresa de Ahumada nació en Ávila, el 28 de marzo de 1515. Desde sus más
breves años comenzó a sentir mística exaltación, y a los 7 años huyó de su
casa con un hermano, para ir a buscar martirio. Vuelta al hogar, a los
doce años pasó por el dolor de perder a su madre, lo que la afectó en
extremo y pareció decidir su vocación religiosa.
A los 16 años entró en el convento de Santa María de Gracia, llevada por
su padre a causa de sus malas frecuentaciones, entre ellas la de una su
prima, y de las exageradas lecturas de libros de caballerías.
El tres de noviembre de 1534, a los 19 años de edad, profesó en el
convento de la Encarnación de Ávila. Poco después cayó gravemente enferma
y su padre la llevó a baños minerales: sentía los primeros síntomas de sus
neurosis.
En 1537, en casa de su padre, sufrió un ataque de parasismo, y durante dos
años estuvo paralítica.
Curó, y durante bastantes años su fe anduvo bastante entibiada, hasta que
volvió al pasado ardor religioso por que, según dice ella, Cristo se le
apareció con airado semblante. Entonces creyó que la causa de su frialdad
provenía de su demasiado frecuente trato con seglares, y resolvió reformar
la orden del Carmelo, a la cual pertenecía, y fundar religiones de monjas
descalzas y enclaustradas. Hora era de que llegaran estas reformas, pues
la orden estaba del todo relajada. En su empresa tuvo grandes dificultades
que vencer, pero le ayudaron eficazmente una de sus hermanas, otros
parientes, varios señores piadosos y la duquesa de Alba.
Sus principales obras son en prosa: amenas unas veces, especiosas otras,
son pruebas de que la santa, que tanto se queja en ellas de su falta de
letras, era una gran estilista. En cuanto a sus poesías, fueron compuestas
en ciertos momentos de mayor ardor místico, por la que ella decía que la
Divinidad se las inspiraba. La última de las que aquí damos, el popular
soneto, es también atribuido a San Juan de la Cruz. El espíritu de este
soneto parece, en efecto, de la santa, pero su forma parece más bien de su
gran amigo. Santa Teresa murió, después de realizada su obra de reforma,
el 4 de octubre de 1582, a los sesenta y siete años.
nada te turbe
Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda, La paci......
sea mi gozo...
Sea mi gozo en el llanto, Sobresalto mi reposo, Mi sosiego doloroso, Y...... villancico
¡Oh hermosura que excedéis a todas las hermosuras! Sin herir dolor hac...... véante mis ojos
Véante mis ojos, dulce Jesús bueno; véante mis ojos muérame yo luego. ...... octava
Dichoso el corazón enamorado que en sólo Dios ha puesto el pensamiento...... octava
Dichoso el corazón enamorado que en sólo Dios ha puesto el pensamiento...... Esta es la página 1 de un total de 1