Romance adolescente - Poemas de Marcelo Baray Tarango
 |
|
|
|
|
 | ||||
Romance adolescente
Poema publicado el 10 de Febrero de 2020
Romance adolescente
(Para Melby en sus quince años)
Ya las voces infantiles
no se escuchan más en casa
porque el paso de los años
transformó nuestra morada;
una que era niña inquieta
corre tras otra alborada.
Ya no más juegos de niños;
la ilusión le puso alas;
quiere alcanzar las estrellas
y también la luna blanca;
ángeles de níveas galas
sobre su mente derraman
bellos sueños y quimeras
con olores de albahaca.
La infancia dejó en sus ojos
luz diamante de aguas mansas;
los años irán pasando,
sembrarán flor de añoranza
y los delfines sin tiempo
semillitas de esperanza…
El horizonte te espera;
preparada está tu barca:
oropeles engañosos
brotarán ante tu planta;
con hipócritas sonrisas
tratarán de darte caza.
Deja pues que las virtudes
se alojen en tu alma blanca;
y el remolino de vida
lo convertirás en danza.
Yo brindo porque así sea;
que los sueños de ancha capa
te transporten por el cielo
de luz argentina y casta.
Brindemos pues hoy por ella,
por su juventud descalza;
levantemos nuestra copa,
porque encamine su balsa
buscando siempre una estrella…
Y oye, Melby, esta posdata:
la vida tú la haces bella.
¡Salud!
Poema publicado el 10 de Febrero de 2020
Romance adolescente
(Para Melby en sus quince años)
Ya las voces infantiles
no se escuchan más en casa
porque el paso de los años
transformó nuestra morada;
una que era niña inquieta
corre tras otra alborada.
Ya no más juegos de niños;
la ilusión le puso alas;
quiere alcanzar las estrellas
y también la luna blanca;
ángeles de níveas galas
sobre su mente derraman
bellos sueños y quimeras
con olores de albahaca.
La infancia dejó en sus ojos
luz diamante de aguas mansas;
los años irán pasando,
sembrarán flor de añoranza
y los delfines sin tiempo
semillitas de esperanza…
El horizonte te espera;
preparada está tu barca:
oropeles engañosos
brotarán ante tu planta;
con hipócritas sonrisas
tratarán de darte caza.
Deja pues que las virtudes
se alojen en tu alma blanca;
y el remolino de vida
lo convertirás en danza.
Yo brindo porque así sea;
que los sueños de ancha capa
te transporten por el cielo
de luz argentina y casta.
Brindemos pues hoy por ella,
por su juventud descalza;
levantemos nuestra copa,
porque encamine su balsa
buscando siempre una estrella…
Y oye, Melby, esta posdata:
la vida tú la haces bella.
¡Salud!
¿Te gusta este poema? Compártelo:
«« más poemas de Marcelo Baray Tarango