Poemas de BERNARDO DE BALBUENA
BERNARDO DE BALBUENA
Bernardo de Balbuena.(Valdepeñas (Ciudad Real), 20 de
noviembre de 1562 - San Juan de Puerto Rico, 11 de octubre de 1627), poeta
español.
Nace en Valdepeñas como hijo ilegítimo o bastardo de un
indiano. Su padre, con propiedades en Nueva España, regresó a México en 1564.
Balbuena se quedó en España con su madre y en 1584 pidió "licencia" para viajar
a México donde llega con 22 años, vive con su padre algún tiempo y se ordena
sacerdote.
Esta larga separación de su padre se trasparenta en el tema de la orfandad,
principal hilo narrativo de la leyenda de Bernardo del Carpio que habrá de
narrar años más tarde en su gran poema de épica culta Bernardo del Carpio o la
Derrota de Roncesvalles. En 1585 gana un concurso poético y se instala en
Guadalajara; vuelve a ganar otro concurso o certamen en 1590 y en 1592 es
nombrado capellán de la Real Audiencia de Guadalajara, donde empieza su gran
poema el Bernardo, terminado diez años después. Balbuena vive largo tiempo en el
reino de Nueva Galicia (correspondiente a los estados mexicanos de Jalisco y
Nayarit), y reside en un pequeño y aislado pueblo cercano a Compostela, San
Pedro Lagunillas.
Ya de España traía Balbuena un buen bagaje cultural y, como señala Rojas
Garcidueñas, había preparado con mucha antelación y muy ambiciosamente su
carrera eclesiástica. En 1593 escribe Balbuena la Grandeza mexicana, amplio
poema en tercetos encadenados en elogio de la capital del virreinato. El libro
aparece en 1604 dedicado a Doña Isabel de Tobar y Guzmán, de quien el poeta
estaba enamorado. Pero Balbuena tiene ambiciones de otro tipo y viaja en 1606 a
Madrid para ya no volver a México, aunque siempre tendrá recuerdos para la
tierra donde pasó largos años.
Así, aunque vive brevemente en Madrid y se doctora en teología por la
universidad menor de Sigüenza en 1607, publica en 1608 su novela pastoril Siglo
de Oro en las Selvas de Erífile, en la figura un pequeño elogio de México, y que
sale en dos emisiones, una de ella con un prólogo del dramaturgo Antonio Mira de
Amescua, también bastardo como Balbuena, que, aparte de elogiar la obra,
aprovecha para hacer un profundo análisis del género.
El libro, posee una prosa poética excelente, entreverada de églogas y sonetos
que no desmerecen al mismo Garcilaso y que el poeta había compuesto con
anterioridad; sin embargo, apenas posee excusa argumental y supone una vuelta a
los modelos italianos del género, cuando ya la novela pastoril se había
castellanizado merced a la obra de Gaspar Gil Polo. Empieza a verse en esta obra
que el talento descriptivo (ut pictura poesis) es el fuerte como poeta de
Balbuena, quien recurre con frecuencia a la hipotiposis y a la ecfrasis. En 1608
logra Balbuena que lo nombren abad de Jamaica, donde llega en 1610.
Su intento por convertir Jamaica en obispado fracasa, pero en 1623 alcanza altas
jerarquías y es nombrado obispo de Puerto Rico; arriba a la isla en 1626, y
escribe un informe sobre la isla, donde entre otras cosas se escandaliza por el
grado de consanguinidad que encuentra en la misma; antes ha sido durante dos
años provincial de Santo Domingo. El Bernardo, escrito como ya se ha visto entre
1592 y 1602, y que intentó publicar en España con anterioridad, aparece al fin
en Madrid en 1624.
Una incursión del pirata holandés Balduino Enrico destruye su casa y biblioteca
en la capital de la isla San Juan, perdiéndose gran parte de sus obras, por
ejemplo, La alteza de Laura y otro poema épico, El divino Cristiados. Muere
Balbuena en San Juan en 1627, el mismo año que Luis de Góngora. Su idea de la
poesía se conoce a través de la Introducción al Bernardo y el Compendio
apologético en alabanza de la poesía, un erudito tratado de poética que sostiene
una concepción casi parnasiana de la belleza formal.
El Bernardo del Carpio o La derrota de Roncesvalles [editar]Largo y
complejísimo poema de épica culta, el Bernardo o La victoria de Roncesvalles,
alabado por Voltaire y Chateaubriand, consiste en 40.000 versos de pulida
factura en octavas reales e inundados de una imaginación exuberante, especie de
libro de caballerías en verso que se inspira sólo en parte en la leyenda de
Bernardo del Carpio y la contamina con todo tipo de materiales aledaños:
alegorías, moralidades, cronologías, genealogías reales e inventadas y episodios
mitológicos, fantásticos y maravillosos, en medio de una imaginería deslumbrante
y un aunténtico frenesí descriptivo. El verso está tallado en busca de una suma
perfección, como el mismo autor declara en su prólogo, y como tal hay que
considerarlo el culmen de la épica culta barroca española, de la misma manera
que la Araucana es el culmen de la épica culta renacentista.
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