Poemas de LEOPOLDO LUGONES
LEOPOLDO LUGONES
LEOPOLDO LUGONES
(1874 – 1938)
Nació en 1874 en Villa de María en el departamento cordobés del Río Seco.
Fue el primogénito del matrimonio de Santiago Lugones y Custodia Argüello.
En su niñez, la familia se trasladó primero a Santiago del Estero y
posteriormente a Ojo de Agua, una villa con pocos habitantes, donde cursó
sus estudios primarios.
A los diez años, se destacaba por su memoria, gusto por la lectura e
interés por las ciencias naturales. Se cuenta que lo llamaban para
amenizar las "tertulias" familiares. Sus padres decidieron enviarlo a
Córdoba con su abuela materna para que siguiese los estudios superiores.
En 1892 Leopoldo volvió a vivir con su familia que se había trasladado a
Córdoba después de haber perdido su estancia. La crítica situación
económica lo llevó a tener que comenzar a trabajar y convertirse en un
autodidacta.
En esta época dio con éxito sus primeros pasos en la vida pública. Recitó
su primera composición en el Teatro Indarte, dirigió el periódico liberal
y anticlerical "El Pensamiento Libre" y se alistó voluntariamente para
enfrentar a las fuerzas radicales sublevadas en Rosario.
En Córdoba, Lugones se fue convirtiendo en un personaje popular capaz de
ser contrapunto de los payadores del barrio, publicar versos
controvertidos con el seudónimo Gil Paz, promover huelgas estudiantiles y
fundar un centro socialista.
El año de 1896 fue decisivo para Lugones: se instaló en Buenos Aires y se
casó con Juana González. En la gran ciudad se unió al grupo socialista de
escritores integrado por José Ingenieros, Roberto Payró, Ernesto de la
Cárcova, escribió en el periódico socialista "La Vanguardia" y en la
"Tribuna", órgano del roquismo y se ganó al distinguido auditorio del
Ateneo. A los 22 años comienza a escribir en "La Nación", promovido por su
amigo Rubén Darío. Publicó su primer libro "Las montañas del oro" (1897),
basado en una influencia tardía del Romanticismo Francés.
El "novecientos" fue una época de intensa producción en la que escribió
muchas de sus obras más valoradas como "Crepúsculos del jardín" (1905)
donde se acerca al modernismo hispanista y a las nuevas corrientes
literarias francesas: simbolismo, decadentismo, parnasianismo. Esta
tendencia alcanza su máxima expresión en "Lunario sentimental" (1909). En
su obra "Las fuerzas extrañas" (1906). Lugones plasmará sus habilidades
para escribir cuentos de misterio. Este trabajo junto con los "Cuentos
fatales" (1926) renuevan el género de la forma breve e inician una fecunda
tradición en el Río de la Plata, en la que se inscribirán escritores como
Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar.
En 1901 ocupó el cargo de inspector de secundaria y normal bajo las
órdenes de Pablo A. Pizzurno y Virgilio Magnasco. Posteriormente asumió la
inspección general donde concretó varias de las ideas plasmadas en su
estudio sobre la "Reforma educacional": cursos especiales en vacaciones,
fundación del Instituto Nacional del Profesorado Secundario, creación de
las cátedras de Educación Física y Dibujo, reglamentación para el ingreso
de alumnos a la enseñanza secundaria. Más adelante fue comisionado en
viaje a Europa para estudiar las novedades pedagógicas. En 1915 se hizo
cargo de la dirección de la Biblioteca Nacional de Maestros que ejerció
hasta su muerte.
En 1910, la conmemoración del Centenario de Mayo representó el cenit del
movimiento de afirmación de los valores y tradiciones nacionales. Bajo ese
impulso, Lugones publicó varios trabajos: "Odas seculares" (1910) y la
"Historia de Sarmiento" (1911).
En "El Payador" (1916), reúne una serie de conferencias sobre "Martín
Fierro" de José Hernández que rescatan la obra, calificándola de "Cuento
Homérico de la Cultura Argentina"... Este particular enfoque instaló en la
crítica una fructífera polémica que se prolongó por décadas y cuyo
resultado fue la aceptación del Poema como la obra emblemática de la
identidad literaria argentina. La lectura que Lugones hace deja entrever
otro de sus principales puntos de interés intelectual; la cultura clásica.
En este campo su producción incluye las obras "Didáctica" (1910); "Las
limaduras de Hephaestos" (1910), "Estudios Helénicos" (1924) y "Nuevos
estudios Helénicos" (1928).
En Europa se vivía un tiempo de incertidumbre instalado con la guerra
mundial, la revolución de los "soviet" y el fascismo italiano, mientras en
Argentina se sentía la crisis económica y la inestabilidad política.
Lugones fue un observador atento de la situación internacional y un hombre
de acción en su país.
Lentamente, su visión socialista fue dando paso a un pensamiento
nacionalista de originales matices, crítico del liberalismo y alejado de
las posiciones católicas. Este Lugones maduro fue igual de controvertido
que en sus posiciones juveniles al apoyar el militarismo de la década del
treinta.
Su trabajo incesante se plasmó en numerosos escritos, artículos de prensa
y conferencias que le merecieron el nombramiento en la Asamblea de
Cooperación Intelectual de la Liga de las Naciones (1924), el Premio
Nacional de Literatura (1926) y la presidencia de la Sociedad Argentina de
Escritores, fundada con su impulso (1928).
En esta etapa, aumentó con ritmo vertiginoso su ya cuantiosa producción
intelectual entre la que se encuentra "Poemas solariegos" (1928) uno de
sus títulos más elogiados y los ensayos "La patria fuerte" (1930) y "La
grande Argentina" (1930), indispensables para comprender la época y la
generación de Lugones.
Puso fin voluntariamente a su vida en una isla del Tigre. Los boletines
informativos sorprendieron a la opinión pública tanto como a quienes lo
trataban cotidianamente en la Biblioteca Nacional de Maestros.
Lugones aún hoy genera controversias por su cambiante temperamento
político. El tiempo, sin embargo, lo ha destacado como una figura central
de la cultura argentina y como uno de sus más grandes escritores.
(De Biblioteca privada de Leopoldo Lugones)
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