Hondura del dolor - Poemas de HUGO LINDO
Hondura del dolor
Poema publicado el 19 de Marzo de 2008
¡Qué lección aprendiste de la tragedia, oh tierra!
Se te empapó la carne de silencio infinito,
Las cruces te brotaron como árboles de guerra
Y las aves trocaron su canto por el grito.
Sentiste que corría sobre tu piel la ausencia,
Que el llanto de los hombres te calaba los poros,
Que hasta la hierba estaba urgida de clemencia,
Que eran de polvo y sangre los ansiados tesoros.
Viste pasar la inmensa caravana de viudas
Con los hijos a cuestas. Los jóvenes de antes
Retornar con las cuencas vencidas y desnudas,
Con los miembros rasgados, lívidos y sangrantes.
Laceró tus oídos el lamento blasfemo
De aquél que fue a la muerte por el amor asido,
Y retornó a encontrarse con el dolor supremo
De la copa vacía y el lecho envilecido.
Escuchaste el crujido de la máquina fuerte
Que sucumbió al empuje del enemigo artero,
Y al capitán marino que desafió a la suerte,
Lo hallaste entre residuos de carbón y de acero.
Poema publicado el 19 de Marzo de 2008
¡Qué lección aprendiste de la tragedia, oh tierra!
Se te empapó la carne de silencio infinito,
Las cruces te brotaron como árboles de guerra
Y las aves trocaron su canto por el grito.
Sentiste que corría sobre tu piel la ausencia,
Que el llanto de los hombres te calaba los poros,
Que hasta la hierba estaba urgida de clemencia,
Que eran de polvo y sangre los ansiados tesoros.
Viste pasar la inmensa caravana de viudas
Con los hijos a cuestas. Los jóvenes de antes
Retornar con las cuencas vencidas y desnudas,
Con los miembros rasgados, lívidos y sangrantes.
Laceró tus oídos el lamento blasfemo
De aquél que fue a la muerte por el amor asido,
Y retornó a encontrarse con el dolor supremo
De la copa vacía y el lecho envilecido.
Escuchaste el crujido de la máquina fuerte
Que sucumbió al empuje del enemigo artero,
Y al capitán marino que desafió a la suerte,
Lo hallaste entre residuos de carbón y de acero.
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