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Actas de medianoche (catorce) - Poemas de VÍCTOR RODRÍGUEZ NÚÑEZ


 
 
Actas de medianoche (catorce)
Poema publicado el 18 de Octubre de 2009

               

                                                  Y quedé solo en mí, de mí ausente
                                                            Carlos Drummond de Andrade



                       

Por fin aquí me tienes
                                       en la cámara oscura
a la espera de algo que no sea la luz
No hiere el primer rayo
que sale de la herida
                                    ya ciega en el costado
Hiere la sangre ausente
su óxido en la punta
                                     de toda claridad
La noche me ha bebido
                                         en un vaso de escarcha
y te vomita en la sagaz corriente
Me cubro entonces con la desnudez
de alma que no vistes
                        
Y nada huele a luz
Siempre hay algo escondido centelleante
en tu mundo de sal
El alfiler entre constelaciones
la luna en los cardúmenes
el grano de desierto en la mirada
Estos son los planos de la noche
                                                         que esbozo
cuidadosamente para olvidarlos
En realidad
                     todo lo construyo de memoria
o peor a capricho
No hay demasiado cálculo
sino más bien un arrumo de afanes

Y alguna que otra línea torcida por la lumbre
Sólo resta esperar que la estructura
reproduzca la nada
                                   y la oración al viento
Hay algo que la sombra
                                          aún no sabe de mí
La sombra me imagina
                                         y se equivoca
Como vela la noche
aprovecho y desgrano
                                        este maíz a pulso
En Cayama era igual
cuando me ardían las palmas
de tanto ojo de abuela

Los granos repicaban en la jícara
como una granizada
                                     sobre el cielo de zinc
Las tusas eran humo
                                     el ahogo de abuelo
al castrar las estrellas
Como vela la noche
aprovecho y me siembro
                                           desnudo entre tu nieve
No sé más que la sombra
                                             por eso te desnudo
El mundo entra y sale de mí
sin placer sin dolor
                                   Extraviado sereno

En las manos del alba
Diáfana oscuridad
                                 voy a mancharte
con un poco de sed
Es que el agua sueña con el remanso
el fuego con la helada
el aire con el olor del vacío
Contra el no estar
                               en lírica abrasiva
a tu lado disiento
Esta noche vulgar
                                la vida entera pasa
perdido lo buscado
con tanto afán y sin saber por qué

En aguas ni vigilias
                                   entre piedras ni sueños
está lo que esperabas
En verdad como todos
terminaste
                   engañado por nadie
La nada que confluye
                                       en esta hora impar
encuentra en ti sentido
Sólo en su reino existes
Sombra armada a retazos de lo que pudo ser
por tus desgarraduras
está soplando un aire desvariado
que se lo lleva todo

En nuestra analogía
sombra mal remendada con reflejos de estanque
al menos el rezumo
entre los flamboyanes y este diario sin fechas
del sustantivo viento
Anochece de ti y no del horizonte
Es tu respiración
lo que azota los árboles
                                         no ese céfiro antártico
Tu nada sudorosa los devuelve
al sueño de raíz
                            al delirio de piedra
Y la única lumbre que te sobra
es mi torvo mirar

Con precaución hermanos
                                               nacidos por nacer
Basta con un susurro para avivar la luna
No seré el recordado
                                     si no lo que recuerda
El mundo es la memoria
de un alba que carece de crepúsculo
La vida es algo más que un almacén de sombra
saqueado por el sueño
Reencarnaré en tu alma
                                           para negarlo todo
No hay nada entre nosotros
hebra de oscuridad
que un pájaro roba para hacer nido

Sin embargo me afano
porque todas las pajas estén juntas
en el cono perfecto
entre las más asimétricas ramas
Y la razón no hiele
al canto que será en la primavera
un manojo de plumas anhelantes
Noche me has dado todo lo que no te he pedido
No sé si agradecerte por las tinieblas rotas
si reprocharte tantos luminosos fracasos
Me has dado bastante
                                       noche de miércoles
Pero qué voy a hacer con tu mejor regalo
Espíritu que se materializa

Nada falta a mi sombra
que no sea tu luz intransigente
Nada falta a tu lumbre
que no sea mi oscuridad sagrada
Todo está al otro lado de la noche
La jícara en medio del desorden
que es mi madre en penumbras
El cuerno de venado
muerto para tejer estas mancuernas
Los granos de maíz regados en la nieve
que a esta hora germinan
En cada lágrima seca de luz
fríamente calculado
                                   se reproduce el mundo

El centro de nada
                                Como la noche
giro por cualquier parte
Esa sombra sin eje retorcida
que suena a viejo disco
Yo te he estado esperando
desde la medianoche de Cayama
en que la sombra ardía
Aquí y en todas partes
vida colgada de un clavo mohoso
este susto que soy
Si te atrasas o no llegas al fin
poco importa
                         te espero antes del alba






Para Ángela García y Fernando Rendón




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