Aquella mañana - Poemas de Roberto Reyes Cortés.
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Aquella mañana
Poema publicado el 18 de Mayo de 2012
Roberto Reyes Cortés.
5º.reyes.
rreyescortes@hotmail.com
----------------AQUELLA MAÑANA.---------------------
Los tiempos actuales,
son fríos, sin alma,
son como portales
de los hospitales,
en donde respiras
gases de anestesia
y acre olor a sangre.
La prisa es común en todo
lo que hoy mismo te rodea,
y pasas la vida entera
en una loca carrera.
El carro, la estufa,
la escuela,
la fiesta, el duelo,
la muela.
Te entierran como habichuela
en tierra fértil morena.
Adónde se fueron
aquellos jardines floridos
que eran todo un dulce juego
y las risas y los cantos,
que hoy extrañamos tanto.
La inocencia pura se mira
allá en la verde alameda;
adonde han quedado perdidas
aquellas nuestras tardeadas.
Donde se encuentran ahora
los rinconcitos calientes
donde nos guarecíamos
de la lluvia inclemente.
Mirarlos por hoy quisiera.
Adonde es que se ha marchado
aquellas horas felices,
cuando juntos disfrutamos
aquel paseo del campo.
Y la yerba dulce manto
cobijando como alfombra,
donde yo te diera un beso
y tú me lo devolviste
con tan solo una mirada
y una sonrisa divina
que fue en mi un embeleso.
Desde aquel primer momento
mi alma quedó amarrada
a tus lindos ojos azules
del color de la esmeralda.
La tarde se encuentra triste,
ya no se huele el jolgorio,
ayer hubieron muertos
y hoy hay rezos y velorio.
Las roncas campanas suenan,
los cementerios están abiertos
ellas sollozan compungidas,
su tañer es triste y lento,
y hasta en los jardines floridos,
se ha disipado el aliento
los gorriones han llorado ,
con llanto que es pequeño.
Yo camino en el silencio
sin producir ningún ruido
y escucho muy escondido
de mi alma fuerte el latido.
Yo no quiero ni pensar
lo que me traerá el día siguiente,
ese que yo no comprendo
como he de seguir viviendo.
Alto el sol que me alumbrara,
fuerte el viento que ahora avanza,
una vendimia en la plaza,
y toda la vida que indetenible
con su misterio incansable pasa.
Todo esto me compulsa
a que quiera seguir viviendo,
a que quiera seguir soñando
para poder seguirte amando.
Por eso te digo mi vida,
con toda el alma derramada
como recordé esa mañana
cuando te hallé por tu casa.
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Poema publicado el 18 de Mayo de 2012
Roberto Reyes Cortés.
5º.reyes.
rreyescortes@hotmail.com
----------------AQUELLA MAÑANA.---------------------
Los tiempos actuales,
son fríos, sin alma,
son como portales
de los hospitales,
en donde respiras
gases de anestesia
y acre olor a sangre.
La prisa es común en todo
lo que hoy mismo te rodea,
y pasas la vida entera
en una loca carrera.
El carro, la estufa,
la escuela,
la fiesta, el duelo,
la muela.
Te entierran como habichuela
en tierra fértil morena.
Adónde se fueron
aquellos jardines floridos
que eran todo un dulce juego
y las risas y los cantos,
que hoy extrañamos tanto.
La inocencia pura se mira
allá en la verde alameda;
adonde han quedado perdidas
aquellas nuestras tardeadas.
Donde se encuentran ahora
los rinconcitos calientes
donde nos guarecíamos
de la lluvia inclemente.
Mirarlos por hoy quisiera.
Adonde es que se ha marchado
aquellas horas felices,
cuando juntos disfrutamos
aquel paseo del campo.
Y la yerba dulce manto
cobijando como alfombra,
donde yo te diera un beso
y tú me lo devolviste
con tan solo una mirada
y una sonrisa divina
que fue en mi un embeleso.
Desde aquel primer momento
mi alma quedó amarrada
a tus lindos ojos azules
del color de la esmeralda.
La tarde se encuentra triste,
ya no se huele el jolgorio,
ayer hubieron muertos
y hoy hay rezos y velorio.
Las roncas campanas suenan,
los cementerios están abiertos
ellas sollozan compungidas,
su tañer es triste y lento,
y hasta en los jardines floridos,
se ha disipado el aliento
los gorriones han llorado ,
con llanto que es pequeño.
Yo camino en el silencio
sin producir ningún ruido
y escucho muy escondido
de mi alma fuerte el latido.
Yo no quiero ni pensar
lo que me traerá el día siguiente,
ese que yo no comprendo
como he de seguir viviendo.
Alto el sol que me alumbrara,
fuerte el viento que ahora avanza,
una vendimia en la plaza,
y toda la vida que indetenible
con su misterio incansable pasa.
Todo esto me compulsa
a que quiera seguir viviendo,
a que quiera seguir soñando
para poder seguirte amando.
Por eso te digo mi vida,
con toda el alma derramada
como recordé esa mañana
cuando te hallé por tu casa.
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