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La silueta - Poemas de Johana Cortés Bolaños


 
 
La silueta
Poema publicado el 25 de Octubre de 2010

La Silueta…

En el borde de un monte más alto que el Sinaí… una silueta dulce y apacible se dibuja en el suelo a veces blanco… negro en las noches… donde alguna vez una nena se sentó a esperar el fin del mundo…

La Luna alumbra increíblemente esa parte del mundo…  ese borde del monte… esa dulce y apacible silueta que le hace recordar a su ya perdida dueña…

Alumbra fielmente en tiempos de Luna Llena… pidiendo mas tiempo en Cuarto Creciente… vagamente y rogativa en Cuarto Menguante… y la Luna Nueva es insufrible… casi no duerme hasta que comienza de nuevo su ciclo y alumbra tiernamente en Cuarto Menguante… ansiosamente en Cuarto Creciente… y felizmente en Luna Llena, que es su estación favorita…

Cuando llueve… por que así debe suceder en muchas partes del mundo… se preocupa por soplar y dejar un pequeño huequito de luz en medio de las nubes… pidiendo favores a los habitantes del cielo… a las luciérnagas… y a cualquiera que pueda alumbrar un poco mas en la noche cuando ella no puede mostrar su esplendor… ya que en el día Sol no falta aunque estuviese nublado su luz traspasa y alumbra el borde del monte…

Mas este cuento no es sobre la Luna… ni la Luna Llena o Nueva… ni su Cuarto Menguante o Cuarto Creciente…

Este cuento es sobre la niña que dejara su silueta después de haber subido al borde del monte a esperar y encontrar el fin del mundo…

La nena llegó allí después de un largo camino… caminó de día y de noche… caminó pensando en mirar al vacío… caminó absorta en sus sueños de escarcha y de alas… caminó dormida y cansada y su camino fue largo y difícil…

Para nada le importó lo difícil de su recorrido… tenía una tendencia a olvidar el pasado instantáneamente… recordaba lo bueno cuando lo buscaba en sus adentros… aun así le costaba entrar en recuerdos… solía mirar algunas fotos para no olvidar quien fue alguna vez… o de donde venía…

Caminó hasta llegar a esa cima en la que podría resolver su pregunta… 

Antes de empezar con la aventura tuvo un sueño repetitivo durante días… semanas y meses… y años…

Su sueño era enfermizo… y atractivo…

Soñaba con el fin del mundo y como este se le aproximaba en un punto muy alto de un monte misterioso… en un lugar perfecto para meditar…

"El fin del mundo seguramente es como un vacío total" se decía a si misma… acercándose con un lazo en el borde negro y obscuro… hambriento de viento… de silencio… de espacio… de tiempo…  Nada se le escaparía y nada dentro de ese inmenso vacío podría  existir… Simplemente un lugar perfecto para meditar…

Llegó a la cima del monte más alto que pudo divisar… y de inmediato, quienes la vieron llegar con tanto esmero, se enamoraron de la candidez de la desconocida nena quien agotada por su larga travesía recostó su cabeza en una piedra y pudo dormir durante un día y algo más de una hora…

Al despertar, la nena observó la hermosa noche… despejada de curiosidad, y de inmedianto la Luna posó su vista sobre la tierna niña quien en silencio contempló por un momento el lugar donde se encontraba… piedras… árboles… estrellas… nubes…  y una despampanante Luna que le daba un baño de luz y que hizo que sus ojos brillaran… y en silencio la niña buscó el horizonte mas lejano… se sentó en el borde del monté… y guardando el mismo silencio nocturno, esperó encontrarse con el fin del mundo…

Lo ansiaba tanto… Nada dejaba atrás…  y su presente consistía en la espera… Su futuro seguramente sería el fin del mundo y el poder descansar en un gran vacio…

Esperó tanto mas tiempo de día y de noche… esperó pensando en lo que sentiría al mirar a los ojos al vacío… esperó absorta en sus sueños de escarcha y de alas… esperó dormida y despierta y ya no cansada… sus ojos permanecieron atentos al fin del mundo…

Esperó tanto que su silueta dulce y apacible… enmarcada por el brillo que le daba la Luna… se dibujó en el suelo a veces blanco y negro… sobre todo muy negro en las noches…

Y las estrellas salían a verla... y el Sol sabía que al amanecer... en el borde del monte... la nena estaría esperando su fin del mundo...

El Viento le traía una caricia refrescante cada vez que el Sol la había contemplado alucinado en demasía y habia sonrojado sus mejillas…

Los árboles dejaban caer sus frutos y los habitantes mas cercanos del cielo y de la tierra los traían junto a sus manos, para que hiciera el menor esfuerzo posible…

La lluvia venía de vez en cuando y ligera bañaba a la niña temprano… para que el mismo Sol secara su cabello y sus ropas… por que seguía sentada y en silencio… pensando en si su sueño era posible y si la realidad del fin del mundo estaba cerca…

Meditaba tanto que esa descabellada idea se podía escuchar tan solo al verla…

Pasaron días… no contamos cuantos… pero la Luna agotada por una larga temporada de cielos despejados… de Luna Llena… de Cuarto Creciente… de Cuarto Menguante… dándole un beso cerró sus ojos… como quien cierra otro ciclo… dejándose caer en su sueño de Luna Nueva…

El amanecer fue el mismo… el Sol arrogante y resplandeciente besando sus pupilas… el Viento acariciando sus sonrojadas mejillas… los habitantes de la Tierra y del Cielo trayéndole frutos… la silueta dibujada en el suelo blanco…

Un día mas de profunda meditación y un paisaje que cualquiera envidiaría... claro que primero tendrían que escalar hasta la cima de un misterioso monte...

Sin embargo, todos los allí presentes presentían una futura ausencia...

El Viento venia con olor a lluvia torrencial como muy pocas veces antes… los habitantes de la tierra y del cielo se agitaban y el Sol se iba apagando con un triste atardecer de venados…

Aquella nena ahora agotada por la postura firme… rejunto sus fuerzas para respirar el aire húmedo… y le sobrevino un pensamiento… queriendo desesperadamente comprenderlo todo y después de tanta meditación… resolvió sus dudas respecto al fin del mundo…

Y el Sol cayó totalmente… besando sus pupilas por última vez y deseando grabarla en la memoria…

Algunas estrellas que se habían asomado a ver tan asombroso paisaje, parpadearon coquetas y presurosas de llamar la atención de su nena, para alargar un poquito el tiempo que le quedara…

Lograron su objetivo pues la nena aun apacible y con el pensamiento resuelto en su mente… levantó la mirada al cielo y observó el brillante paisaje despejado… iluminado tan solo por estrellas… y en un profundo suspiro,  esbozo una sonrisa nueva al Creador de todos y de todo… y con ello su futuro quedo reducido al presente…

Como por mandato… las nubes estallaron abruptamente con tonos grises y obscuros y el Viento veloz y sin dominio propio las juntó, chocándolas unas con otras… cargadas de agua y enojadas por los golpes, estallaban en gritos sonoros y atroces… se miraba parpadear el cielo y ni el sonido fuerte de los truenos evitaban la apacibilidad de la nena… Dulce naturalmente…

Lo último que miró fue un destello de luz despampanante como ningún otro que haya visto y acompañado de un sonido estrepitoso…

Tal como en su sueño… el fin del mundo tomo forma desde el horizonte… se apoderó del tiempo… del espacio… del sonido… y ni el Viento sin dominio propio se le escapó…

Miró todo absolutamente vacío... era casi imposible pero al fin la vacuidad se había apropiado del horizonte... y ni ella misma existió... lentamente se elevó al cielo...

La Luna no pronosticó su ausencia... por eso no se despidió... hasta ahora piensa que es su culpa... antes no se preocupaba como centinela de que el cielo alumbrara con o sin ella todas las noches… y que de entre las nubes se dejara ver aunque sea un poquito de luz...  abría bastado para tener a su nena sentada en el borde del monte…

La Luna se empeña en alumbrar su silueta…

Este es el cuento de una nena que buscaba el fin del mundo… y lo encontró… (? ?)

Mucho tiempo antes de que empezara esta historia… la primera vez que la dulce y apacible niña tuvo este extraño sueño… no podía encontrar un significado… simplemente no podía ponerle nombre a lo que veía… le fascinaba el fondo insonoro… incoloro… indoloro… parecía un escondite para su inmenso pasado… y con un gran diccionario en sus piernas... tan pesado como es la sabiduría... buscaba una palabra entre tantas... una que tuviera sentido... que se le pareciera al paisaje… que le explicara su sueño…

Y después de mucho buscar con su dedo pasando por cientos de hojas ya gastadas… antes de llegar al final…  encontró la palabra “vacuidad”...

...(Seguramente este vacío en el que no estás se parecerá mucho al fin del mundo)...

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