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Insertidumbres - Poemas de Hector Acevedo


 
 
Insertidumbres
Poema publicado el 24 de Enero de 2011

-Regresa mañana- y su pelo escondió la cara. -Mañana? es hoy? o mañana?- y miró sus manos sudar el invierno. -Mírame- sus labios sangraron la respuesta. -Has visto los días de ayer, puedes ver mis ojos-. Sonrió -mi memoria está fallando se detiene en lo colores-tomó un sorbo de aire y se levantó -hay días que no te entiendo, ‎tus pies hacen ruido- y miró los suyos con desprecio. -Si cambiara mi nombre te haría feliz- miró la pared -estoy harto de leerte entre líneas curvas-, silencio, -regresa mañana-, llanto, -mañana? mañana es hoy- y cerró la puerta y su espalda se apagó en la noche.
Su mirada quedó sobre la puerta -comienza a llover, como siempre- apagó la luz -esta humedad no cesa- rompió un vaso. -Solo es ruido- cerró la puerta con fuerza -solo es ruido, solo eso- se sentó en la cama revuelta -siempre vuelve por allí- prendió un cigarrillo y lo apago. -En noviembre, sobre la cama, tengo sueño- abre la boca, -el techo está húmedo- mira la puerta. -Con dos almohadas ya no me duele la cabeza- mira la puerta, -me mata ese sol, el naranja me ciega- toma un lápiz. -Soñé con vos- mira su pecho, -podría cerrar la cortina- mira el picaporte, -estabas corriendo- mira sus brazos, -mejor duermo, será mejor olvidar el brillo-, gira con su mirada al marco, -corrías mucho, pero no tenias gesto de cansado, mirabas hacia atrás a cada instante- levanta las manos, -tu boca estaba seca, gemías- mira los ojos cerrados, -era el desierto, había arena-, aplaude el aire, -de repente gritabas, un grito desgarrador- se sienta, -despierto y te veo sudado-, corre hacía la puerta y se detiene. -Te beso y sonreís- camina hacia atrás, -te beso y sonreís-pude sentir el beso que me dabas- cierra los ojos. -Cuando despertaste yo ya dormía- cierra los ojos. -yo te bese la frente y volabas de fiebre- mira las manos. -Solo veía tu espalda grande- enreda su pelo. -Yo te cuidaba, tenias la frente ardiendo- posa sus ojos afuera. -Tomabas grandes bocanadas de aire, y sin embargo te asfixiabas-, abre los ojos sobresaltada, -te abrace y de a poco te fuiste enfriando-, mira el vaso vacío -de repente apareciste en el agua, nadabas sin brazos, solo movías las piernas- sopla el aire. -Tu cuerpo estaba duro, como resistiendo el viento, no decías nada-, yo te miraba desde arriba del árbol de pino -te hice masajes en los pies- estire la mano y te me ibas -te grite al oído que respires- me quede sola, sola -no me escuchabas, afloja- mire hacia atrás. Y todo estaba oscuro, tuve miedo de volver -y sonreíste, pero yo creo estaba dormido- afuera comienza a llover.
-Tal vez esta lluvia, lave las calles- haría falta siglos, la sangre no sale fácil -mata más fácil la ignorancia que una bala de plata- mis demonios están guardados bajo la cruz de madera -me ves- te extraño -mejor, volve mañana- mañana, quizás mañana. -No puedo saltar el muro, trato  de ocultar mi cara-, se para frente al espejo. -afuera los gritos distraen los cuerpos, déjame  herido, quiero volver-, -cuatro pasos nos separan, cuatro pasos-, camina. -He sangrado tantas veces, nada cierra-, mira sus ojos. -Podría violentar tu cuerpo, flagelarlo, y mi miedo se iría-.
Aquí comienza el dolor, debajo del pecho, -te amo y tengo miedo-, -dejemos para mañana lo que tendríamos que hacer hoy-, -no hay mañana sin hoy-, lentamente enciende un cigarrillo, -si me besas hoy mi recuerdo será mañana-, se descalza.

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