El eco - Poemas de Efren Romero Acuña
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El eco
Poema publicado el 24 de Julio de 2011
Mi eco
Por Efrén Romero Acuña Junio del 2011
Este día recordando mi pasado
y las múltiples cosas que he vivido,
de aquel el primer amor, amor frustrado,
que me enseñó a conocer lo que es prohibido.
Las riquezas que de mis manos se escaparon
como el agua que incontenible se nos muestra,
más nunca jamás esas manos mendingaron,
ya que conservé humedad de esas riquezas.
Y aquí estoy soñador incorregible,
con mi eco tenaz que se propaga,
buscando oídos y un alma en lo posible,
que se conmueva al sentir de mi palabra.
Mi grito fluye sobre el manto de la noche,
es un canto de vehemente serenata,
de amor, pasión que brota con derroche,
es mi verso! mi corazón que canta¡.
Júzgueme el mundo si tal vez profano,
las leyes del poeta lírico,
el sentimiento me dicta y es humano,
el poder escribir, mi canto empírico.
Y si acaso la gente me condena,
a no volver a escribir jamás un verso,
acataré con sumisión la pena
y viajaré con mi eco al universo.
Colgaré en un cuerno de la luna,
mi talega llena de poemas,
y miraré recostado en esa cuna,
como mi eco se fuga a las estrellas.
¡Todo esto al fin, es sólo un sueño¡
de frustradas noches, mi delirio,
en lugar de luna, un catre viejo,
y mi talega…colgada en el olvido.
Poema publicado el 24 de Julio de 2011
Mi eco
Por Efrén Romero Acuña Junio del 2011
Este día recordando mi pasado
y las múltiples cosas que he vivido,
de aquel el primer amor, amor frustrado,
que me enseñó a conocer lo que es prohibido.
Las riquezas que de mis manos se escaparon
como el agua que incontenible se nos muestra,
más nunca jamás esas manos mendingaron,
ya que conservé humedad de esas riquezas.
Y aquí estoy soñador incorregible,
con mi eco tenaz que se propaga,
buscando oídos y un alma en lo posible,
que se conmueva al sentir de mi palabra.
Mi grito fluye sobre el manto de la noche,
es un canto de vehemente serenata,
de amor, pasión que brota con derroche,
es mi verso! mi corazón que canta¡.
Júzgueme el mundo si tal vez profano,
las leyes del poeta lírico,
el sentimiento me dicta y es humano,
el poder escribir, mi canto empírico.
Y si acaso la gente me condena,
a no volver a escribir jamás un verso,
acataré con sumisión la pena
y viajaré con mi eco al universo.
Colgaré en un cuerno de la luna,
mi talega llena de poemas,
y miraré recostado en esa cuna,
como mi eco se fuga a las estrellas.
¡Todo esto al fin, es sólo un sueño¡
de frustradas noches, mi delirio,
en lugar de luna, un catre viejo,
y mi talega…colgada en el olvido.
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