El crucifijo empaña la ascención - Poemas de Antonio R Munguia
El crucifijo empaña la ascención
Poema publicado el 03 de Septiembre de 2012
Qué visión tan sombría del poeta
que se conforma con mirar a Cristo
colgado de la cruz, y no le ha visto
reinar en Gloria como fue su meta.
Si su senda en el mundo fue discreta
fue porque el Padre así lo había previsto,
pero ya de lo humano desprovisto
es con Dios UNO: ni es Hijo ni es Profeta.
Atrás quedó el martirio del calvario
y se volvió Señor del universo.
Dejó en la tumba el fúnebre sudario
y su Verbo encargó fuera disperso
con salvador mensaje solidario
para el arrepentido y el converso.
---/---
Deje el poeta el crucifijo ingrato
que lo muestra vencido y despreciado,
Jesús es redentor entronizado
en unidad con Dios por su arrebato.
En su Evangelio decretó el mandato
y al enemigo amar nos ha ordenado,
perdonando sin ánimo enconado
con cristiana bondad y amable trato.
La pena al ver su humanidad herida
clavada en el madero y torturada,
no ha sido de nosotros requerida.
El amor de unos y otros sin la espada
que en viperina lengua es proferida,
es la oblación por Cristo demandada.
Poema publicado el 03 de Septiembre de 2012
Qué visión tan sombría del poeta
que se conforma con mirar a Cristo
colgado de la cruz, y no le ha visto
reinar en Gloria como fue su meta.
Si su senda en el mundo fue discreta
fue porque el Padre así lo había previsto,
pero ya de lo humano desprovisto
es con Dios UNO: ni es Hijo ni es Profeta.
Atrás quedó el martirio del calvario
y se volvió Señor del universo.
Dejó en la tumba el fúnebre sudario
y su Verbo encargó fuera disperso
con salvador mensaje solidario
para el arrepentido y el converso.
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Deje el poeta el crucifijo ingrato
que lo muestra vencido y despreciado,
Jesús es redentor entronizado
en unidad con Dios por su arrebato.
En su Evangelio decretó el mandato
y al enemigo amar nos ha ordenado,
perdonando sin ánimo enconado
con cristiana bondad y amable trato.
La pena al ver su humanidad herida
clavada en el madero y torturada,
no ha sido de nosotros requerida.
El amor de unos y otros sin la espada
que en viperina lengua es proferida,
es la oblación por Cristo demandada.
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