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Una navidad triste - Poemas de Antonio Munguia


 
 
Una navidad triste
Poema publicado el 25 de Diciembre de 2020

Ha transcurrido el tiempo sin descanso
Desde aquellos ayeres de añoranza;
Mi memoria conserva en dicha tanta
Que no afecta el pasar del calendario,
Y no siente del tiempo la distancia.

Era en diciembre cuando la nevada
Cubrió las calles del pueblito agreste,
Aquel que en mi labor, por accidente,
Con no mucha ilusión yo lo habitaba
Forzado en obediencia hacia mi jefe.

Apenas despertaba muy temprano
Cuando a la puerta donde pernoctaba
En el hotel del pueblo alguien llamara.
Con fuerza aquel  toquido extraordinario
Me hizo saltar y abandonar la cama.

"Un muerto" , me decía el visitante,
"Del tren los rieles los usó de barda
Para dejar en libertad su alma."
"Es don Tiburcio" , con su voz pujante
Triste el sujeto me expresó en alarma.

Don Tiburcio era un viejo pordiosero,
Amado por los pocos pobladores
De aquel sitio minero que a sus pobres
Daba cariño, comprensión y aliento,
Con cristiana bondad en sus acciones.

Yo era el procurador del ministerio
Del sector federal de la comarca,
Por ello el indicado a hacer el acta
Ya que el ferrocarril y sus terrenos
De mi jurisdicción eran instancia.

Acudí de inmediato a darle cauce
A todo lo indicado del proceso.
Por ser la Navidad y en frío invierno
Tuve que ir a casa del Alcalde
A fin de coordinar lo del sepelio.

Y es que la gente en casa protegida
No acudió para dar auxilio alguno,
Al anciano que a nadie en este mundo
Tenía que le diera con estima
Apoyo en aquel clima  de infortunio.

Fiesta hallé en el hogar del presidente,
Y mucha comprensión a mis motivos.
Tiburcio fue llevado por amigos
Al lugar del velorio y al perenne
Sepulcro del descanso al infinito.

Hoy a mi mente estampas muy añejas,
Vienen mezcladas con sabor a drama,
Que fueron experiencias para mi alma
Bañadas con la sangre de mis venas,
Que asimilé con asistencia santa.

Gracias doy al Creador por sus cuidados,
Sus bendiciones fueron santa guía;
Mi juventud fue escuela y fue divina.
En su aula espiritual viví milagros
Y hoy me conforta al culminar mi vida.

Fue para mí gran peso lo vivido.
Al anciano el adiós fue un trago amargo;
Siempre recordaré paso por paso
Ese episodio que marcó el camino,
Y un punto azul en Navidad de ese año.

La soledad en ese hotel fue triste,
La  primera salida de mi casa.
Fue una labor que la asumí sin clara
Idea responsable y entendible.
En obediencia fiel viví mi karma.

ANTONIO MUNGUIA
MEMORIA:

25 DE DICIEMBRE DE 1964, fui asignado jefe de la Federal de Hacienda en Nacozari, Sonora el 28 de octubre anterior. Aún sin cumplir dos meses y viviendo en el hotel de don Antonio García Cázares (Presidente Municipal) viví la Navidad más solitaria pues sentía al pueblo en mi contra dadas las medidas que tuve que tomar hacia pobladores muy estimados, que tristemente participaron en ilícitos que me vi obligado a procesar.

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