Cosechando amores... - Poemas de Santiago Oreggia
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Cosechando amores...
Poema publicado el 10 de Octubre de 2007
Mientras diluvia
en sus ultimas días sin sol,
parte el 2007,
como otro duende veloz,
en el camino de nuestras existencias,
de repente luminadas,
y de pronto tan opacas,
como el mismo planeta,
sin la luz de sus estrellas.
Se nos pasa la propia biografía,
de un año a otro,
con sombras y estrellas,
con vivencias y pertenencias,
propias y ajenas,
con luces de dulce mermelada,
aromáticas fragancias florales,
besos y caricias de dulce de leche,
y flores marchitas en un fondo oscuro del camino,
de estrepitosas metáforas del ayer y del hoy.
Así, mientras el tiempo flota en el espacio...
Y la extensión de nuestras existencias,
se insertan en el tiempo,
en él recontó final,
de un año a otro,
de un tiempo al pasado,
y del presente al futuro,
observando en nuestros propios interiores,
en los de las gentes,
con lugares propios dentro del alma,
la cosecha productiva de nuestros corazones.
Gritándole al tiempo y al alma...
sobre nuestras supervivencias,
que este no fue un año mas,
sin musa y sin sones,
porque por el contrario,
cosechamos en él recontó final,
lo mejor de nuestro,
“amor”.
De nuestro amor por el amor...
De nuestro placer por el placer de los sentimientos,
expresivos sensibles gimientes auténticos
de los albores de nuestro interior,
tal cual sentimental gaviota que vuela en pos,
de la armonía por los otros,
por nuestras intimas golondrinas,
mas entrañadas,
encarnadas,
por siempre en nuestra existencia,
como el mismo mar conjugado,
con sus olas y arenas,
sus tormentas y regocijos contemplables,
en un solo poema de amor.
Tal cual...
En el firmamento que brilla o oscurece,
de un año a otro,
continuamos...
sin darnos cuentas,
imperceptiblemente,
“Cochesando amores”
Reservados todos los derechos Santiago Oreggia©
Poema publicado el 10 de Octubre de 2007
Mientras diluvia
en sus ultimas días sin sol,
parte el 2007,
como otro duende veloz,
en el camino de nuestras existencias,
de repente luminadas,
y de pronto tan opacas,
como el mismo planeta,
sin la luz de sus estrellas.
Se nos pasa la propia biografía,
de un año a otro,
con sombras y estrellas,
con vivencias y pertenencias,
propias y ajenas,
con luces de dulce mermelada,
aromáticas fragancias florales,
besos y caricias de dulce de leche,
y flores marchitas en un fondo oscuro del camino,
de estrepitosas metáforas del ayer y del hoy.
Así, mientras el tiempo flota en el espacio...
Y la extensión de nuestras existencias,
se insertan en el tiempo,
en él recontó final,
de un año a otro,
de un tiempo al pasado,
y del presente al futuro,
observando en nuestros propios interiores,
en los de las gentes,
con lugares propios dentro del alma,
la cosecha productiva de nuestros corazones.
Gritándole al tiempo y al alma...
sobre nuestras supervivencias,
que este no fue un año mas,
sin musa y sin sones,
porque por el contrario,
cosechamos en él recontó final,
lo mejor de nuestro,
“amor”.
De nuestro amor por el amor...
De nuestro placer por el placer de los sentimientos,
expresivos sensibles gimientes auténticos
de los albores de nuestro interior,
tal cual sentimental gaviota que vuela en pos,
de la armonía por los otros,
por nuestras intimas golondrinas,
mas entrañadas,
encarnadas,
por siempre en nuestra existencia,
como el mismo mar conjugado,
con sus olas y arenas,
sus tormentas y regocijos contemplables,
en un solo poema de amor.
Tal cual...
En el firmamento que brilla o oscurece,
de un año a otro,
continuamos...
sin darnos cuentas,
imperceptiblemente,
“Cochesando amores”
Reservados todos los derechos Santiago Oreggia©
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