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Poemas de Nicasio Alvarez de Cienfuegos

Nicasio Alvarez de Cienfuegos
Nicasio Álvarez de Cienfuegos (Madrid, diciembre de 1764 - Orthez, Francia, 30 de junio de 1809), escritor, periodista, poeta y dramaturgo español. Biografía [editar]Estudió en los Reales Estudios de San Isidro, y derecho en las Universidades de Oñate y Salamanca. En esta última conoció a Juan Meléndez Valdés, que lo inició en la poesía, si bien la inspiración de Cienfuegos es más intelectual que sensual. De vuelta en Madrid ejerció de abogado y se hizo amigo de Manuel José Quintana, el gran poeta cívico. A la vez publicó sus versos y tragedias. Trabajó también como periodista y llegó a ser oficial de la Secretaria de Estado, ingresando además en la Real Academia Española y en la Orden de Carlos III. Su actitud ante los invasores franceses durante la Guerra de la Independencia causó que fuera llevado como rehén a Francia, donde murió afectado de tuberculosis Aunque fue influido por el Neoclasicismo, es considerado como una de las principales figuras de la transición hacia el Romanticismo a causa de interés por lo sublime y la imaginación; poseía además bastante conciencia social, pues creyó en una fraternidad y hermandad universal de la misma manera que Cicerón y en la función de la caridad dentro del orden social, como en En alabanza a un carpintero llamado Alfonso. Su lírica posee una vertiente anacreóntica que para más en lo moral que en lo sensual. Intenta renovar la anquilosada adjetivación neoclásica (letargoso olvido, selvosas espesuras, musgoso frescor) y le preocupa el lenguaje y el ritmo en sus poemas, pero no logra deshacerse del impostado lenguaje neoclásico, que resulta retórico y falso.

la desconfianza
 
 
Las rosas que, ya marchitas, de ti con desdén alejas, la aurora me ......
la desconfianza
 
 
Las rosas que, ya marchitas, de ti con desdén alejas, la aurora......
oda iii de anacreonte
 
 
En medio de la noche, cuando parece el carro donde ostentó Boote......
elegia a un amigo en la muerte de un hermano
 
 
Es justo, sí: la humanidad, el deudo, tus entrañas de amor, todo te......
oda iv de anacreonte
 
 
De los frondosos lotos a la sombra tendido, quiero beber oyendo ......
oda i de anacreonte
 
 
Loar quisiera a Cadmo, cantar quisiera a Atridas; mas sólo amores s......
precio de una rosa
 
 
En todos sus rosales la madre primavera jamás a rosa algu......
mi destino
 
 
En mi cunita pobre, menesteroso niño, entre inocentes sueñ......
odas ii de anacreonte
 
 
Armó natura al toro con la enastada frente, y al caballo con plant......
la despedida
 
 
Venid, venid piadosos, y consolad mi pena los que el amor con......
el cayado
 
 
Al ir tendiendo los montes sus más alargadas sombras, un ancho v......
la violación del propósito
 
 
En vano, en vano rabioso, las duras cadenas muerdo que amor, dés......
el fin del otoño
 
 
¿Adónde rápidos fueron, benéfica primavera, tus cariñosos ver......
los amantes enojados
 
 
Arrebolada, la aurora miraba desde su carro en los cristale......
un amante al partir su amada
 
 
¡Ay! ¡ay que parte! ¡que la pierdo!, abierta del coche triste la fun......
el amante desdeñado
 
 
A par del risueño Tormes, en una anchurosa vega, abril, derr......
mis transformaciones
 
 
¡Oh si a elegir los cielos me diesen una gracia! Ni honores p......
mi paseo solitario de primavera
 
 
Mihi natura aliquid semper amare dedit. Dulce Ramón, e......
el rompimiento
 
 
¿Será, será que, osada, ¡oh Filis inconstante!, quieras aún ......
el túmulo
 
 
¿No ves, mi amor, entre el monte y aquella sonora fuente, un sol......
el propósito
 
 
¡Salve, mi querido albergue! ¡Salve, mansión solitaria, nido fel......

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