La noche - Poemas de Manuel Cabello RamÍrez
La noche
Poema publicado el 08 de Abril de 2022
La noche
Una brisa gélida golpeo mi rostro, la niebla cubría la estrecha vereda, una hiedra retorcida abrazaba con fuerza una vieja reja de mi barrio, que con un quejar silencioso indicaba cuantos años habían pasado, a lo lejos una luz con su lento titilar indicaba que el manto nocturno llegaba sin cesar.
Caminaba sin rumbo fijo solo el faro de nuestro amor me guiaba hacia mi destino, no sabía si era tu perfume o solo una ilusión del tiempo transcurrido, la luz de tus ojos guiaban mi andar, quitándole a esa noche su oscuridad con pequeños destellos de iridiscencia ancestral.
Todo éste caminar parecía una verdadera serendipia, pero era solo eso, el retorno a ese mundo mágico de las estrellas y la noche que marcaba una verdadera saudade, mi lento caminar indicaba que con paciencia infinita había logrado llegar al final, un leño crepitaba con su lamento invernal.
Era el fin del manto oscuro que me acompaño ese día, el hogar me acogía como al hijo prodigo en su retorno algún día, la sonrisa de tu rostro me dio calor, un café, un cigarro y el beso tierno que me brindó tu acogida, nuestra cama nos cobijo en otro amanecer de esperanza amada mía.
REX
Poema publicado el 08 de Abril de 2022
La noche
Una brisa gélida golpeo mi rostro, la niebla cubría la estrecha vereda, una hiedra retorcida abrazaba con fuerza una vieja reja de mi barrio, que con un quejar silencioso indicaba cuantos años habían pasado, a lo lejos una luz con su lento titilar indicaba que el manto nocturno llegaba sin cesar.
Caminaba sin rumbo fijo solo el faro de nuestro amor me guiaba hacia mi destino, no sabía si era tu perfume o solo una ilusión del tiempo transcurrido, la luz de tus ojos guiaban mi andar, quitándole a esa noche su oscuridad con pequeños destellos de iridiscencia ancestral.
Todo éste caminar parecía una verdadera serendipia, pero era solo eso, el retorno a ese mundo mágico de las estrellas y la noche que marcaba una verdadera saudade, mi lento caminar indicaba que con paciencia infinita había logrado llegar al final, un leño crepitaba con su lamento invernal.
Era el fin del manto oscuro que me acompaño ese día, el hogar me acogía como al hijo prodigo en su retorno algún día, la sonrisa de tu rostro me dio calor, un café, un cigarro y el beso tierno que me brindó tu acogida, nuestra cama nos cobijo en otro amanecer de esperanza amada mía.
REX
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