Bandadas de pÁjaros - Poemas de Luis García Gil
Bandadas de pÁjaros
Poema publicado el 01 de Septiembre de 2004
Se alejaban desvalidas bandadas de pájaros
dejando en el cielo dudas y temblores.
El aire vestía de esencias la tarde,
y el corazón buscaba el sur de las palabras,
la dulce marea cristalina de la infancia,
los ecos, los sauces, las lunas redondas,
los versos de siempre, el vértigo y la flor
de las vidas, de las cosas amadas, desasidas.
Se alejaban desvalidas bandadas de pájaros,
y novias oscuras cruzaban los puentes.
Y las saetas indescifradas buscaban
herir las manos que buscaron la luz.
Al fondo la niebla, la plomiza estancia,
la tierra dormida de viejas pasiones,
el paso en la bruma, la senda marcada,
los tardos arcángeles del sueño cansado.
Se alejaban desvalidas bandadas de pájaros,
y la ciudad se dormía como un niño.
Y el amor era algo impronunciable,
una lengua sumida en el lamento,
un beso de tinta desaforada que muere
en el ocaso, una verdad rasguñada,
soledad dolorosa de ventanas cerradas.
Y se alejaban bandadas de pájaros,
la fe que volaba, marchita y secreta,
dejando en el viento su huidizo temblor.
Poema publicado el 01 de Septiembre de 2004
Se alejaban desvalidas bandadas de pájaros
dejando en el cielo dudas y temblores.
El aire vestía de esencias la tarde,
y el corazón buscaba el sur de las palabras,
la dulce marea cristalina de la infancia,
los ecos, los sauces, las lunas redondas,
los versos de siempre, el vértigo y la flor
de las vidas, de las cosas amadas, desasidas.
Se alejaban desvalidas bandadas de pájaros,
y novias oscuras cruzaban los puentes.
Y las saetas indescifradas buscaban
herir las manos que buscaron la luz.
Al fondo la niebla, la plomiza estancia,
la tierra dormida de viejas pasiones,
el paso en la bruma, la senda marcada,
los tardos arcángeles del sueño cansado.
Se alejaban desvalidas bandadas de pájaros,
y la ciudad se dormía como un niño.
Y el amor era algo impronunciable,
una lengua sumida en el lamento,
un beso de tinta desaforada que muere
en el ocaso, una verdad rasguñada,
soledad dolorosa de ventanas cerradas.
Y se alejaban bandadas de pájaros,
la fe que volaba, marchita y secreta,
dejando en el viento su huidizo temblor.
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