Revisitas a la soledad - Poemas de LUIS ALBERTO PALACIOS ROMÁN
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Revisitas a la soledad
Poema publicado el 12 de Agosto de 2003
Esta experiencia
paranormal eres tu,
aún puedo verte
vestida diminutamente
de lila,
después de 8 largos días,
(“largos”, entiéndase por un lapso
de tiempo perceptivamente extenso)
porque desde ese último
no te he vuelto a ver.
Sólo como un ser parapsicológico.
Bonita forma
de empezar esta bizarría,
de afrontar
lo que tendrá
que ser mi aguante
de poder verte
hasta dentro de mucho tiempo más
(1 mes)
lapso de tiempo
en el que cualquier cosa
nos puede pasar.
Emito mis ruidos,
y se muy bien
que no los podré escuchar,
mi base de datos
es muy espesa
cuando le pido información
acerca de ti.
Lluvia de recuerdos,
salgo a pescar
lo que me dejaste,
aunque esté difuso,
espora dependiente
soy de ti.
Bienvenida sea la soledad
a mi guarida,
escuché al arlequín
que jamás he visto,
el bufón murió tras tu partida
y un extraño payaso viejo
cuyo nombre desconozco
me custodia de espaldas
sentado pendientemente
en un columpio,
no me habla,
no dirá nada,
con un ojo nos ve
a la soledad y a mi.
Poema publicado el 12 de Agosto de 2003
Esta experiencia
paranormal eres tu,
aún puedo verte
vestida diminutamente
de lila,
después de 8 largos días,
(“largos”, entiéndase por un lapso
de tiempo perceptivamente extenso)
porque desde ese último
no te he vuelto a ver.
Sólo como un ser parapsicológico.
Bonita forma
de empezar esta bizarría,
de afrontar
lo que tendrá
que ser mi aguante
de poder verte
hasta dentro de mucho tiempo más
(1 mes)
lapso de tiempo
en el que cualquier cosa
nos puede pasar.
Emito mis ruidos,
y se muy bien
que no los podré escuchar,
mi base de datos
es muy espesa
cuando le pido información
acerca de ti.
Lluvia de recuerdos,
salgo a pescar
lo que me dejaste,
aunque esté difuso,
espora dependiente
soy de ti.
Bienvenida sea la soledad
a mi guarida,
escuché al arlequín
que jamás he visto,
el bufón murió tras tu partida
y un extraño payaso viejo
cuyo nombre desconozco
me custodia de espaldas
sentado pendientemente
en un columpio,
no me habla,
no dirá nada,
con un ojo nos ve
a la soledad y a mi.
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