La desgracia de la hormiguita (cuento) - Poemas de Juan Ignacio Macoñó Alba
La desgracia de la hormiguita (cuento)
Poema publicado el 02 de Abril de 2011
"La desgracia de la hormiguita "
Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba
email: jhonnysczbol@hotmail.com
Hubo una vez, en un lejano bosquecillo una laboriosa hormiguita, que todas las mañanas salía de los agujeros de un viejo tronco de un árbol en busca del sustento diario.
Todo el día se afanaba en amontonar todo lo que encontraba en el bosquecillo: hojas, palitos, arenilla y semillitas de los árboles y lo transportaba hasta su escondite.
La hormiguita tan afanada estaba en su labor cotidiana, que no tenía tiempo para divertirse, como lo hacían habitualmente las otras hormiguitas del bosque.
Así pasaron los años, y ella fue agotando y empezaron a faltarles las fuerzas, poco a poco, ya no pudo más realizar su acostumbrado trabajo. Entonces su preocupación se centró en sí misma, durante largas horas del día, se lamentaba y se preguntaba diciéndose:- ¿Para qué he trabajado y he amontonado demasiado? Sino tengo familia y vivo sola. -¡Tengo miedo morir! y dejar mis graneros para que otros insectos del bosque vengan y se lleven todo lo acumulado, sin costarles nada, fue tanto mi sacrificio y esfuerzo.
La enfermedad le llegó a causa de la terrible preocupación que día a día le acechaba. Hasta que un tormentoso día, entre relámpagos, truenos y granizos, sintió agonizar.
La feroz tormenta arrastró el viejo tronco del árbol hasta la corriente de un río, donde se echó a perder todo el sustento que había almacenado; y los peces de las aguas se disfrutaron de él.
La hormiguita acurrucada en su escondite, logró sobrevivir, pero cuando pasó la tormenta se dio cuenta que todo lo que había amontonado se había perdido en el agua; intentó suicidarse de tanta pena, por haber sufrido aquella terrible desgracia; sin embargo, no lo hizo, se detuvo y reflexionó, diciéndose a sí misma: -"me doy cuenta que estoy con vida todavía, y he recobrado mis fuerzas. Empezaré de nuevo, pero ahora ya no me preocuparé por amontonar para el futuro, sino, trabajaré cada día y me esforzaré, por conseguir el sustento diario y todo lo necesario para vivir sin preocupaciones.
Así fue, nuevamente, empezó una nueva vida, y los resultados le fueron muy gratos, a medida que iba pasando el tiempo, logró su ansiado éxito. Y lo más importante, fue que, vivió feliz todos sus largos años.
Poema publicado el 02 de Abril de 2011
"La desgracia de la hormiguita "
Autor: Juan Ignacio Macoñó Alba
email: jhonnysczbol@hotmail.com
Hubo una vez, en un lejano bosquecillo una laboriosa hormiguita, que todas las mañanas salía de los agujeros de un viejo tronco de un árbol en busca del sustento diario.
Todo el día se afanaba en amontonar todo lo que encontraba en el bosquecillo: hojas, palitos, arenilla y semillitas de los árboles y lo transportaba hasta su escondite.
La hormiguita tan afanada estaba en su labor cotidiana, que no tenía tiempo para divertirse, como lo hacían habitualmente las otras hormiguitas del bosque.
Así pasaron los años, y ella fue agotando y empezaron a faltarles las fuerzas, poco a poco, ya no pudo más realizar su acostumbrado trabajo. Entonces su preocupación se centró en sí misma, durante largas horas del día, se lamentaba y se preguntaba diciéndose:- ¿Para qué he trabajado y he amontonado demasiado? Sino tengo familia y vivo sola. -¡Tengo miedo morir! y dejar mis graneros para que otros insectos del bosque vengan y se lleven todo lo acumulado, sin costarles nada, fue tanto mi sacrificio y esfuerzo.
La enfermedad le llegó a causa de la terrible preocupación que día a día le acechaba. Hasta que un tormentoso día, entre relámpagos, truenos y granizos, sintió agonizar.
La feroz tormenta arrastró el viejo tronco del árbol hasta la corriente de un río, donde se echó a perder todo el sustento que había almacenado; y los peces de las aguas se disfrutaron de él.
La hormiguita acurrucada en su escondite, logró sobrevivir, pero cuando pasó la tormenta se dio cuenta que todo lo que había amontonado se había perdido en el agua; intentó suicidarse de tanta pena, por haber sufrido aquella terrible desgracia; sin embargo, no lo hizo, se detuvo y reflexionó, diciéndose a sí misma: -"me doy cuenta que estoy con vida todavía, y he recobrado mis fuerzas. Empezaré de nuevo, pero ahora ya no me preocuparé por amontonar para el futuro, sino, trabajaré cada día y me esforzaré, por conseguir el sustento diario y todo lo necesario para vivir sin preocupaciones.
Así fue, nuevamente, empezó una nueva vida, y los resultados le fueron muy gratos, a medida que iba pasando el tiempo, logró su ansiado éxito. Y lo más importante, fue que, vivió feliz todos sus largos años.
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