Tiempos de amor - Poemas de José Antonio Llamas Fernández
Tiempos de amor
Poema publicado el 05 de Septiembre de 2008
A la memoria de Dante, Petrarca, y tantos otros
En tiempos del amor se edificaron los palacios
se levantaron túmulos, columnas, arcos
y cenotafios
se diseñaron parques y jardines
para vencer la resistencia de los flores a morir
sin dejar rastro
En tiempos del amor se escribieron versos
se redactaron crónicas, estelas, lemas
y contratos
para vencer la inconsistencia de los días
más felices y su ansias de morir
como los otros
Nadie podía imaginar entonces
que los tiempos del amor
también pasaban, sin remedio ni cordura
Que los dedos que escribían
y a la vez se estaban deshaciendo
como humo, no eran solo aquellos dedos
que escribían, sino pasión en polvo
que se desvanecía
Porque el tiempo del amor y el del olvido,
conviviendo en este mundo, como fieras,
se van hiriendo sin cesar
y de su herida se alimenta nuestra impiedad
como una hiena sin sonrisa
En tiempos del amor se edificaron muros
almenados, se levantaron torres con ventanas
y celosías, para encerrar detrás de ellas,
ojos, bocas, manos,
y sonrisas
que los hombres creyeron únicos
y que no eran sino el sustrato
donde plantar la incertidumbre de la vida
En tiempos del amor se edificó la cobardía.
Poema publicado el 05 de Septiembre de 2008
A la memoria de Dante, Petrarca, y tantos otros
En tiempos del amor se edificaron los palacios
se levantaron túmulos, columnas, arcos
y cenotafios
se diseñaron parques y jardines
para vencer la resistencia de los flores a morir
sin dejar rastro
En tiempos del amor se escribieron versos
se redactaron crónicas, estelas, lemas
y contratos
para vencer la inconsistencia de los días
más felices y su ansias de morir
como los otros
Nadie podía imaginar entonces
que los tiempos del amor
también pasaban, sin remedio ni cordura
Que los dedos que escribían
y a la vez se estaban deshaciendo
como humo, no eran solo aquellos dedos
que escribían, sino pasión en polvo
que se desvanecía
Porque el tiempo del amor y el del olvido,
conviviendo en este mundo, como fieras,
se van hiriendo sin cesar
y de su herida se alimenta nuestra impiedad
como una hiena sin sonrisa
En tiempos del amor se edificaron muros
almenados, se levantaron torres con ventanas
y celosías, para encerrar detrás de ellas,
ojos, bocas, manos,
y sonrisas
que los hombres creyeron únicos
y que no eran sino el sustrato
donde plantar la incertidumbre de la vida
En tiempos del amor se edificó la cobardía.
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