Cuando apollinaire era un joven poeta - Poemas de Javier Campos
Cuando apollinaire era un joven poeta
Poema publicado el 26 de Junio de 2001
A la memoria de Silverio Muñoz
Hay un verso de Apollinaire que no podré olvidar:
“Mi pequeña Louise, quisiera morir en un día que me amaras”
Apollinaire lo escribió el 13 de abril de 1915
o sea a los 35 años y de eso hace casi un siglo
Dicen que Apollinaire era feo y gordo
y ninguna mujer se volvió loca de amor por él
La historia también dice que enloquecido de amor,
y por su propia voluntad, se enroló en el ejército
para pelear en la primera guerra mundial
Fue por el despecho de una mujer indiferente:
ella era la aristocrática y bella Louise de Coligny-Chatillon
En ese tiempo no había televisión ni menos la radio era masiva
recién comenzaba el cine en Paris y el primer film francés,
“Viaje a la luna” de 1902 (donde se parodiaba a los intelectuales)
fue el más famoso
y quizás el joven Apollinaire se dejó fascinar por la imagen visual
(hay que recordar que fue él quien inventó los caligramas
y los poemas ilustrados con dibujos)
Pero Apollinaire partió a la guerra por amor
y no por convicciones políticas ni patrióticas,
por eso no le importó el ruido de los fusiles o cañones
ni caer despedazado su cuerpo por las balas enemigas
Quien sabe si cuando recibió una esquirla de un cañón en la cabeza
miraba la luna, o las estrellas,
o recordaba nostálgico las aguas de el Sena
bajo el puente Mirabeau
Se dice que gran parte de la esquirla quedó pegada en su casco militar
y se salvó por milagro de la muerte
hay una foto famosa de Apollinaire con su cabeza vendada de blanco
como un poeta embalsamado aún por el dolor que le causaba
la bella e indiferente Louise de Coligny-Chatillon
Pero la historia también cuenta que sorprendido Apollinaire,
cuando ya estaba encuartelado, y antes de recibir aquel impacto
en el casco militar,
Louise vió en ese gesto del poeta
un profundo acto de amor que ella no imaginó nunca de
un poeta
gordo y feo
Y partió la bella joven en un carruaje a buscarlo al cuartel
donde Apollinaire se había enlistado y ya marchaba a la guerra
quizás quería morir peleando
o que una bala le atravesara el corazón
puesto que nada había atravesado el corazón de la hermosa
y aristocrática Louise de Coligny-Chatillon
Es decir, ella nunca fue tocaba por ningún avance amoroso del poeta
ni menos por los versos que le escribió en vida
mirando las aguas de el Sena desde el puente Mirabeau
También dicen que cuando Louise partió casi enloquecida de amor
buscando a Apollinaire
-pero la verdad sea dicha es que nunca estuvo loca de amor por él-
ella fue su amante sólo por ocho días
y ella misma arrendó un cuarto de hotel en la ciudad de Nimes
donde estaba el batallón de reclutas preparándose para partir a la guerra
Pero al noveno día Louise lo dejó solo en el cuarto del hotel de Nimes
más abandonado de amor que antes
La pasión de Louise de Coligny-Chatillon se había enfriado y era falsa
y Apollinaire quedó desconsolado
Pero aquella pasión, o sea Louise de Coligny-Chatillon,
que originó la más bella poesía de amor de comienzos del siglo XX,
nunca fue verdadera porque ella jamás amó al poeta
Más aún -y esto quedará quizás como un misterio
en la vida de Apollinaire y en la vida de todo joven poeta-:
el pedazo de proyectil que luego iría a recibir en la cabeza
durante la guerra
fue igual a lo que en vida significó el desprecio amoroso
de Louise de Coligny-Chatillon
La ironía es que 20 años después
cuando la aristocrática Louise de Coligny-Chatillon
era vieja y fea
-y el poeta ya había muerto de pulmonía y joven,
pero sin ser amado por ninguna mujer en vida-;
Louise autorizaba publicar por primera vez
todos los poemas de amor que fueron inspirados por ella
Por eso hay unos versos de Apollinaire que nunca volveré
a olvidar:
Mi pequeña Louise quisiera morir en un día que me amaras
Quisiera ser hermoso para que me amaras
Quisiera que fueras mi vida para ser únicamente para ti
Quisiera que fueras la noche para amarnos en las tinieblas
Quisiera que fueras un proyectil alemán para matarme con
Un brusco amor”
Poema publicado el 26 de Junio de 2001
A la memoria de Silverio Muñoz
Hay un verso de Apollinaire que no podré olvidar:
“Mi pequeña Louise, quisiera morir en un día que me amaras”
Apollinaire lo escribió el 13 de abril de 1915
o sea a los 35 años y de eso hace casi un siglo
Dicen que Apollinaire era feo y gordo
y ninguna mujer se volvió loca de amor por él
La historia también dice que enloquecido de amor,
y por su propia voluntad, se enroló en el ejército
para pelear en la primera guerra mundial
Fue por el despecho de una mujer indiferente:
ella era la aristocrática y bella Louise de Coligny-Chatillon
En ese tiempo no había televisión ni menos la radio era masiva
recién comenzaba el cine en Paris y el primer film francés,
“Viaje a la luna” de 1902 (donde se parodiaba a los intelectuales)
fue el más famoso
y quizás el joven Apollinaire se dejó fascinar por la imagen visual
(hay que recordar que fue él quien inventó los caligramas
y los poemas ilustrados con dibujos)
Pero Apollinaire partió a la guerra por amor
y no por convicciones políticas ni patrióticas,
por eso no le importó el ruido de los fusiles o cañones
ni caer despedazado su cuerpo por las balas enemigas
Quien sabe si cuando recibió una esquirla de un cañón en la cabeza
miraba la luna, o las estrellas,
o recordaba nostálgico las aguas de el Sena
bajo el puente Mirabeau
Se dice que gran parte de la esquirla quedó pegada en su casco militar
y se salvó por milagro de la muerte
hay una foto famosa de Apollinaire con su cabeza vendada de blanco
como un poeta embalsamado aún por el dolor que le causaba
la bella e indiferente Louise de Coligny-Chatillon
Pero la historia también cuenta que sorprendido Apollinaire,
cuando ya estaba encuartelado, y antes de recibir aquel impacto
en el casco militar,
Louise vió en ese gesto del poeta
un profundo acto de amor que ella no imaginó nunca de
un poeta
gordo y feo
Y partió la bella joven en un carruaje a buscarlo al cuartel
donde Apollinaire se había enlistado y ya marchaba a la guerra
quizás quería morir peleando
o que una bala le atravesara el corazón
puesto que nada había atravesado el corazón de la hermosa
y aristocrática Louise de Coligny-Chatillon
Es decir, ella nunca fue tocaba por ningún avance amoroso del poeta
ni menos por los versos que le escribió en vida
mirando las aguas de el Sena desde el puente Mirabeau
También dicen que cuando Louise partió casi enloquecida de amor
buscando a Apollinaire
-pero la verdad sea dicha es que nunca estuvo loca de amor por él-
ella fue su amante sólo por ocho días
y ella misma arrendó un cuarto de hotel en la ciudad de Nimes
donde estaba el batallón de reclutas preparándose para partir a la guerra
Pero al noveno día Louise lo dejó solo en el cuarto del hotel de Nimes
más abandonado de amor que antes
La pasión de Louise de Coligny-Chatillon se había enfriado y era falsa
y Apollinaire quedó desconsolado
Pero aquella pasión, o sea Louise de Coligny-Chatillon,
que originó la más bella poesía de amor de comienzos del siglo XX,
nunca fue verdadera porque ella jamás amó al poeta
Más aún -y esto quedará quizás como un misterio
en la vida de Apollinaire y en la vida de todo joven poeta-:
el pedazo de proyectil que luego iría a recibir en la cabeza
durante la guerra
fue igual a lo que en vida significó el desprecio amoroso
de Louise de Coligny-Chatillon
La ironía es que 20 años después
cuando la aristocrática Louise de Coligny-Chatillon
era vieja y fea
-y el poeta ya había muerto de pulmonía y joven,
pero sin ser amado por ninguna mujer en vida-;
Louise autorizaba publicar por primera vez
todos los poemas de amor que fueron inspirados por ella
Por eso hay unos versos de Apollinaire que nunca volveré
a olvidar:
Mi pequeña Louise quisiera morir en un día que me amaras
Quisiera ser hermoso para que me amaras
Quisiera que fueras mi vida para ser únicamente para ti
Quisiera que fueras la noche para amarnos en las tinieblas
Quisiera que fueras un proyectil alemán para matarme con
Un brusco amor”
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