Poemas de GABRIEL CELAYA
GABRIEL CELAYA
Gabriel Celaya (1911-1991). Poeta español, cuyo verdadero nombre era Rafael Múgica.
Estudió ingeniería en Madrid, y en la Residencia de Estudiantes conoció a García Lorca, Juan Ramón Jiménez, Guillén, Diego y otros, que determinaron su vocación literaria.
Su primer volumen poético fue Marea de silencio (1934), y con el segundo, La soledad cerrada, obtuvo el premio Bécquer en 1936. En 1946 conoció a Amparitxu Gastón; ambos fundaron una colección de poesía, Norte, con el objetivo de dar a conocer la poesía europea y tender puentes hacia la España peregrina por encima de la poesía oficial.
En los años siguientes la obra lírica de Celaya, que firmaba por entonces con otro seudónimo, Juan de Leceta, se aproximó al compromiso social y al universo de lo cotidiano.
En 1962 publicó Poesía, que recogía su abundante producción del período 1934-1961 (Tranquilamente hablando, 1947; Lo demás es silencio, 1952; Cantos iberos, 1955). Su compromiso político se
incrementó una vez abandonada su profesión de ingeniero para instalarse, con Amparitxu, en Madrid, donde se hizo entonces abanderado de una poesía militante, radical, "un arma cargada de futuro". Más tarde sucedió a esa etapa otra más distanciada de la lucha política, en busca de nuevas formas experimentales.
La publicación de su obra poética prosiguió con Dos cantatas (1964), La linterna sorda (1964), Baladas y decires vascos (1965), Lo que faltaba (1967), Los espejos transparentes (1968), Lírica de cámara (1969), etc.
Cultivó también la narrativa, con Lo uno y lo otro (1962) y Los buenos negocios (1965), y el ensayo (Exploración de la poesía, 1965).
En 1970 se publicaron sus Obras completas, incrementadas posteriormente con nuevos volúmenes poéticos: Dirección prohibida (1973), Función de Uno, Equis, Ene (1973), Penúltimos poemas (1983), Cantos y mitos (1983), El mundo abierto (1986); y ensayos: Inquisición de la poesía (1972), Bécquer (1972), Los espacios de Chillida (1974), Poesía y verdad (1979). De 1980 data la obra autobiográfica Memorias inmemoriales.
todo vale la pena
Todo vale la pena. Espero ansiosamente telegramas que digan, por ejemp......
el martillo
Cuando el trabajo, cuando lo cotidiano nos va y nos va golpeando, se a...... buenos días
Son las diez de la mañana. He desayunado con jugo de naranja, me he ve...... mi locura
Después de mucho andar, mucho perder, mucho luchar, Me dicen: “¿Para ...... ni más ni menos
Son tus pechos pequeños, son tus ojos confusos, lo que no tiene nombre...... aviso
La ciudad es de goma lisa y negra pero con boquetes de olor a vaquerí...... a vuestro servicio
Me he acercado hasta el puerto. Chillan hierros mojados y una grúa re...... la fabula del rÍo
LA fábula del río (aquel anciano de largas barbas verdes, húmed...... la vida es ancha
Con todo mi dolor metido dentro me he asomado a la ventana. Allí...... el espejo
I En soledad no estoy solo; alguien vive dentro de mí. ...... se habla de dios
No hablamos de problemas Hablamos de dinero. No hablamos de dinero. H...... versos de baeza
Ocurría algo raro. Conocía a todo el mundo. Nos dábamos abraz...... la pura verdad
Los ciudadanos equis, los honrados tenderos, los amigos del alma, l...... aurrera beti
A veces pienso en ti. Miro tus cuadros. Después de tantos años, ¿...... el Último recurso
En los malos momentos, no os pongáis a llorar, Porque os harán call...... sin comentarios
He pensado: Un poema no debe ser vago. Si quiero que funcione deb...... cuéntame cómo vives
Cuéntame cómo vives; dime sencillamente cómo pasan tus días, tus lentí...... a un poeta neutral
Basta ya de mentiras. Dividamos los campos. Yo no te quiero mal; so...... meditaciÓn
Si es verdad que existo y que me llamo Rafael, Si es v...... Esta es la página 1 de un total de 2 Siguiente »»