Bajo un cielo de piedra - Poemas de Francisco Álvarez Velasco
Bajo un cielo de piedra
Poema publicado el 15 de Marzo de 2006
Bajo un cielo de piedra,
opaco y alto y liso,
un cielo encadenado para siempre,
la vida que camina por el bosque,
que rauda va y que viene por los aires,
se afana en los caminos, cantarina
cae del caño de la fuente, o presurosa
camina en las aceras,
saluda en las ventanas,
o amontona las hojas en los parques,
al hombre proporciona hermosa certidumbre
contra el hosco silencio de los dioses.
Junto a un mar duro y cerrado y frío,
un mar que nos limita
y bulle sin espumas,
rotunda afirmación es para el hombre
ante el paso acechante de la muerte
la vida jubilosa de los niños
que sus pasos estrenan en la playa.
Mar y cielo cerrados.
Y sin embargo el hombre
señala los caminos
y ayuda al que camina,
y esparce su semilla
en el tibio tempero de la tierra
y espera que germine.
Indiferente el mar. Indiferente el cielo.
Y sin embargo el niño
entre sus manos limpias al pájaro caído
alienta y resucita.
Poema publicado el 15 de Marzo de 2006
Bajo un cielo de piedra,
opaco y alto y liso,
un cielo encadenado para siempre,
la vida que camina por el bosque,
que rauda va y que viene por los aires,
se afana en los caminos, cantarina
cae del caño de la fuente, o presurosa
camina en las aceras,
saluda en las ventanas,
o amontona las hojas en los parques,
al hombre proporciona hermosa certidumbre
contra el hosco silencio de los dioses.
Junto a un mar duro y cerrado y frío,
un mar que nos limita
y bulle sin espumas,
rotunda afirmación es para el hombre
ante el paso acechante de la muerte
la vida jubilosa de los niños
que sus pasos estrenan en la playa.
Mar y cielo cerrados.
Y sin embargo el hombre
señala los caminos
y ayuda al que camina,
y esparce su semilla
en el tibio tempero de la tierra
y espera que germine.
Indiferente el mar. Indiferente el cielo.
Y sin embargo el niño
entre sus manos limpias al pájaro caído
alienta y resucita.
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