Mariposa negra - Poemas de Elia Casillas
Mariposa negra
Poema publicado el 25 de Diciembre de 2010
Mariposa Negra
Elia Casillas
Sueñas que eres un dios
y se va la mirada
agarras la vida
y monedas
eso que no está en tus manos
y lloras
el niño de la colchoneta
no vuela como antes en la historia
donde te presentaron el bebedero
el agua que enseñó otra cara del tiempo
la muerte
que no tiene prisa
y tus días recorren el calendario en reversa
mientras destrozas la noche cristalina
de la almohada
Controlador de ilusiones
el que no se detiene cuando el sol vuela
y calienta los deseos
dos pieles agarradas
la fortuna de los pobres
Y dejas en la arena la sangre
que nos pegó cerca del mar
y hoy es sal de cocina
bofetada
y estrujamos el nombre con sus huesos
y golpeamos el pasado
porque esa es otra forma de amar lo perdido
En los ojos crecen piedras
y se van los muslos
que libran su orilla triste
en el reino de perros
y su templo de vivos
Hemos saqueado oxígeno al barco
ahora no hay rueda de la fortuna para caballitos
germina en el universo el carbón que nos bautizó
y despertamos desde el celo de la luna con hambre
Buscan el cuarto de uvas
y comemos la fruta
enciende la música con que nacimos
estallan los órganos en el bosque de centellas
arde el campo
aparecen hojas de la nube
plantan paroxismos
que mueven la tierra del vino
salta del vientre una melodía que los dedos leen
y la mariposa negra
descubre sus piernas
Navojoa, Sonora. Enero 14 de 2007
Poema publicado el 25 de Diciembre de 2010
Mariposa Negra
Elia Casillas
Sueñas que eres un dios
y se va la mirada
agarras la vida
y monedas
eso que no está en tus manos
y lloras
el niño de la colchoneta
no vuela como antes en la historia
donde te presentaron el bebedero
el agua que enseñó otra cara del tiempo
la muerte
que no tiene prisa
y tus días recorren el calendario en reversa
mientras destrozas la noche cristalina
de la almohada
Controlador de ilusiones
el que no se detiene cuando el sol vuela
y calienta los deseos
dos pieles agarradas
la fortuna de los pobres
Y dejas en la arena la sangre
que nos pegó cerca del mar
y hoy es sal de cocina
bofetada
y estrujamos el nombre con sus huesos
y golpeamos el pasado
porque esa es otra forma de amar lo perdido
En los ojos crecen piedras
y se van los muslos
que libran su orilla triste
en el reino de perros
y su templo de vivos
Hemos saqueado oxígeno al barco
ahora no hay rueda de la fortuna para caballitos
germina en el universo el carbón que nos bautizó
y despertamos desde el celo de la luna con hambre
Buscan el cuarto de uvas
y comemos la fruta
enciende la música con que nacimos
estallan los órganos en el bosque de centellas
arde el campo
aparecen hojas de la nube
plantan paroxismos
que mueven la tierra del vino
salta del vientre una melodía que los dedos leen
y la mariposa negra
descubre sus piernas
Navojoa, Sonora. Enero 14 de 2007
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