Tibia de azul - Poemas de EDWIN Ch. VALDIVIA
Tibia de azul
Poema publicado el 19 de Julio de 2000
El cielo, los mares y los ríos que huyen
juntan su lenguaje en tus pupilas inmaculados,
en tus cabellos la luz se hace prisionero,
un viento de ternura en tus mejillas
muere, muere y muere atrapado,
Ahí, se ha sepultado una mirada
de farola.
¡OH! Mi crepúsculo
juntemos nuestros labios huérfanos,
el sol arde en su ocaso,
el cielo palpita un gris diferente,
y este aurora chispea un amor azul,
tiembla el tiempo humeante en otoño,
viene y va el viento arcano
en son de una primavera ,
y esa melodía es la tumba
de nuestro silencio dorado.
Bajo el mágico clima inhalemos el ligero perfume,
cuan navegantes de un sueño cristalino,
tumbemos el cielo ancestral bajo nuestra sombra transparente.
Eres un bello cielo, habitante de mis sueños, navegante de mis ideas.
Mientras tanto el tiempo desaparece espumante
en nuestro suspiro angelical, en busca de otro tiempo extraviado
que se abre entre gaviotas, en el horizonte
que sacude su mágico espacio en libertad innata.
Y yo abro el ojo para fumar el azul del universo,
entonces todas las estrellas caen como si fueran pocas
en mi puñado y estas son para ti.
- *** -
Poema publicado el 19 de Julio de 2000
El cielo, los mares y los ríos que huyen
juntan su lenguaje en tus pupilas inmaculados,
en tus cabellos la luz se hace prisionero,
un viento de ternura en tus mejillas
muere, muere y muere atrapado,
Ahí, se ha sepultado una mirada
de farola.
¡OH! Mi crepúsculo
juntemos nuestros labios huérfanos,
el sol arde en su ocaso,
el cielo palpita un gris diferente,
y este aurora chispea un amor azul,
tiembla el tiempo humeante en otoño,
viene y va el viento arcano
en son de una primavera ,
y esa melodía es la tumba
de nuestro silencio dorado.
Bajo el mágico clima inhalemos el ligero perfume,
cuan navegantes de un sueño cristalino,
tumbemos el cielo ancestral bajo nuestra sombra transparente.
Eres un bello cielo, habitante de mis sueños, navegante de mis ideas.
Mientras tanto el tiempo desaparece espumante
en nuestro suspiro angelical, en busca de otro tiempo extraviado
que se abre entre gaviotas, en el horizonte
que sacude su mágico espacio en libertad innata.
Y yo abro el ojo para fumar el azul del universo,
entonces todas las estrellas caen como si fueran pocas
en mi puñado y estas son para ti.
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