Un día en la blancura de minks - Poemas de EDEL MORALES
Un día en la blancura de minks
Poema publicado el 15 de Julio de 2002
Septiembre de 1990
Es septiembre,
caen las hojas hacia la podredumbre.
Acerco a mis manos la cabeza de Laritza:
escultura realista, la hierba es verde y suave
y es la podredumbre,
dos que caen hacia la podredumbre.
En la lentitud de los parques
—ironías del espejo, la luna del otoño
asoma entre las ramas—
rasgo el papel y los cielos pálidos,
meridianos de un mundo que nadie hizo para mí.
Había escrito:
Ya nada puede asombrarme.
Pero alguien dicta mis palabras:
Somos terribles —y cae hacia el costado.
el fuego es terrible —y rasga mi vida.
La voz terrible —y dinamita un mundo.
Dice verdades que yo no quería:
Bajo los árboles somos terribles con miedo.
Acerco a mis manos la cabeza de Laritza:
es la podredumbre, verde y suave
—ironías del espejo, asoma entre las ramas
la luna del novecientos noventa.
Es un día en la blancura de Minks
y yo quisiera ser feliz,
ver que una hoja desciende con limpieza
hacia los tiempos.
Pero alguien dicta mis palabras:
Es la podredumbre,
es septiembre que lanza las hojas muertas
hacia el fuego entre los árboles.
Y cae una escultura hacia el costado.
Poema publicado el 15 de Julio de 2002
Septiembre de 1990
Es septiembre,
caen las hojas hacia la podredumbre.
Acerco a mis manos la cabeza de Laritza:
escultura realista, la hierba es verde y suave
y es la podredumbre,
dos que caen hacia la podredumbre.
En la lentitud de los parques
—ironías del espejo, la luna del otoño
asoma entre las ramas—
rasgo el papel y los cielos pálidos,
meridianos de un mundo que nadie hizo para mí.
Había escrito:
Ya nada puede asombrarme.
Pero alguien dicta mis palabras:
Somos terribles —y cae hacia el costado.
el fuego es terrible —y rasga mi vida.
La voz terrible —y dinamita un mundo.
Dice verdades que yo no quería:
Bajo los árboles somos terribles con miedo.
Acerco a mis manos la cabeza de Laritza:
es la podredumbre, verde y suave
—ironías del espejo, asoma entre las ramas
la luna del novecientos noventa.
Es un día en la blancura de Minks
y yo quisiera ser feliz,
ver que una hoja desciende con limpieza
hacia los tiempos.
Pero alguien dicta mis palabras:
Es la podredumbre,
es septiembre que lanza las hojas muertas
hacia el fuego entre los árboles.
Y cae una escultura hacia el costado.
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