Gallos - Poemas de Benjamín Valdivia
Gallos
Poema publicado el 05 de Septiembre de 2000
para mi hermano Hugo de Sanctis
Jamás oí los gallos que salían de la noche.
No recuerdo ese tiempo mineral
y tampoco los cerros barnizados
por el cuarto creciente.
Yo fui de la ciudad un hijo ciego,
un peje del abismo
que nunca hubo tenido por la lengua
algas de luz.
En este lado
nunca rural movió el día las estatuas
(como hace con los perros
y los patos silvestres que alucinan el invierno).
Los caballos de aquí sólo de bronces.
Caballería ligera, humo en el viento.
Pero los brotes de ciudad ya comenzaban en
mi pie antes del hielo.
Las fiestas del escombro ya eran cielo duro
(chatarras que una estrella
se empecinaba señalar en los primeros de octubre).
Fachada o corcel, la triste disyuntiva.
Pero en mi mundo de hoy como el de entonces
las veletas de gallo vendaval
aún son mustias
y dejan que se pase el día y apenas despertar.
Poema publicado el 05 de Septiembre de 2000
para mi hermano Hugo de Sanctis
Jamás oí los gallos que salían de la noche.
No recuerdo ese tiempo mineral
y tampoco los cerros barnizados
por el cuarto creciente.
Yo fui de la ciudad un hijo ciego,
un peje del abismo
que nunca hubo tenido por la lengua
algas de luz.
En este lado
nunca rural movió el día las estatuas
(como hace con los perros
y los patos silvestres que alucinan el invierno).
Los caballos de aquí sólo de bronces.
Caballería ligera, humo en el viento.
Pero los brotes de ciudad ya comenzaban en
mi pie antes del hielo.
Las fiestas del escombro ya eran cielo duro
(chatarras que una estrella
se empecinaba señalar en los primeros de octubre).
Fachada o corcel, la triste disyuntiva.
Pero en mi mundo de hoy como el de entonces
las veletas de gallo vendaval
aún son mustias
y dejan que se pase el día y apenas despertar.
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