El valle de la luz para almas bondadosas - Poemas de Antonio R Munguia
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El valle de la luz para almas bondadosas
Poema publicado el 20 de Enero de 2021
Llegó al valle de la luz un alma bondadosa,
Al punto deslumbrada por resplandor divino,
De celeste tersura y del gusto más fino.
Confundida buscó donde posarse airosa
Y contemplar el brillo de aquella vista hermosa;
Pronto una voz tronante se escuchó en las alturas
Dándole bienvenida, llamándola alma pura,
Y envolviendo su estado de caricia y dulzura.
Atrás quedó el amargo sabor del mundo ingrato,
Donde su lucha fuera dolorosa y fallida.
Una cadena infame de su guerra perdida
Por querer siempre obrar con paciencia y recato,
No obstante ir caminando por sendero no grato,
Despreciando lo injusto y la gracia fingida.
Una pantalla enorme exhibió muy realista
Sucesos de su vida como en una revista.
Cada paso en la tierra que antaño ella enfrentara,
Se proyectaba claro como si ayer pasara.
Sorprendida y turbada se mostró agradecida,
Al ver cada momento que fue de humana vida,
Se sintió muy humilde y en impasible acción
A la infinita dicha con que jamás soñó.
Por siempre fue su vida de amor a manos llenas
Para entregarlo a otros aliviando sus penas,
Sin pensar en su sino personal y privado,
Que ahora sin aviso con la Gloria es premiado.
Nada más le importó del mundo antes amado,
Su dicha tan grandiosa es santa algarabía
Y con fuerza indomable rebosa de alegría.
Olvidó a los que amara, los primeros en lista,
Su familia querida, sus amigos, sus cosas,
Y sus triunfos pasados en escenas famosas.
Todo queda olvidado al llegar triunfalista
Al valle de la luz para almas bondadosas.
Poema publicado el 20 de Enero de 2021
Llegó al valle de la luz un alma bondadosa,
Al punto deslumbrada por resplandor divino,
De celeste tersura y del gusto más fino.
Confundida buscó donde posarse airosa
Y contemplar el brillo de aquella vista hermosa;
Pronto una voz tronante se escuchó en las alturas
Dándole bienvenida, llamándola alma pura,
Y envolviendo su estado de caricia y dulzura.
Atrás quedó el amargo sabor del mundo ingrato,
Donde su lucha fuera dolorosa y fallida.
Una cadena infame de su guerra perdida
Por querer siempre obrar con paciencia y recato,
No obstante ir caminando por sendero no grato,
Despreciando lo injusto y la gracia fingida.
Una pantalla enorme exhibió muy realista
Sucesos de su vida como en una revista.
Cada paso en la tierra que antaño ella enfrentara,
Se proyectaba claro como si ayer pasara.
Sorprendida y turbada se mostró agradecida,
Al ver cada momento que fue de humana vida,
Se sintió muy humilde y en impasible acción
A la infinita dicha con que jamás soñó.
Por siempre fue su vida de amor a manos llenas
Para entregarlo a otros aliviando sus penas,
Sin pensar en su sino personal y privado,
Que ahora sin aviso con la Gloria es premiado.
Nada más le importó del mundo antes amado,
Su dicha tan grandiosa es santa algarabía
Y con fuerza indomable rebosa de alegría.
Olvidó a los que amara, los primeros en lista,
Su familia querida, sus amigos, sus cosas,
Y sus triunfos pasados en escenas famosas.
Todo queda olvidado al llegar triunfalista
Al valle de la luz para almas bondadosas.
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