El tiempo, el camino del hombre y la espera de dios - Poemas de Antonio R Munguia
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El tiempo, el camino del hombre y la espera de dios
Poema publicado el 14 de Mayo de 2013
Dedicada con respeto a Juan Valente
Rivera Aguirre, cronista de Agua Prieta
Sonora y excelente amigo.
No existe el tiempo, sólo es un capricho
que por instinto nuestra mente crea,
y es tan real el disfraz con que pasea
que su paso no queda en entredicho.
Le pusimos medida al susodicho:
El reloj que con ritmo golpetea
cada instante en que el hombre espolvorea
con ancestral acción su mal predicho.
Los ángeles caídos mal urdieron
sujetarnos al tiempo y la ignorancia,
a cambio sabios santos construyeron
la escalera que acorta la distancia
para llegar a Dios, cuando le hicieron
promesa de lealtad y de constancia.
Los ciclos que al rotar han fraccionado
por millones los años sin memoria,
inventaron al tiempo y a la historia
que lentamente al hombre han cautivado;
y a pesar de virtudes que ha olvidado
es el hombre esperanza con euforia
de Dios mismo en vigilia transitoria
que ve un segundo en cada siglo dado.
Sin embargo en el hombre es diferente
pues camina hacia Dios con paso lento
bajo el yugo del tiempo que le miente.
Cree que es largo vivir cada momento
y de la noche al día es imprudente
encaminando el paso al sufrimiento.
Poema publicado el 14 de Mayo de 2013
Dedicada con respeto a Juan Valente
Rivera Aguirre, cronista de Agua Prieta
Sonora y excelente amigo.
No existe el tiempo, sólo es un capricho
que por instinto nuestra mente crea,
y es tan real el disfraz con que pasea
que su paso no queda en entredicho.
Le pusimos medida al susodicho:
El reloj que con ritmo golpetea
cada instante en que el hombre espolvorea
con ancestral acción su mal predicho.
Los ángeles caídos mal urdieron
sujetarnos al tiempo y la ignorancia,
a cambio sabios santos construyeron
la escalera que acorta la distancia
para llegar a Dios, cuando le hicieron
promesa de lealtad y de constancia.
Los ciclos que al rotar han fraccionado
por millones los años sin memoria,
inventaron al tiempo y a la historia
que lentamente al hombre han cautivado;
y a pesar de virtudes que ha olvidado
es el hombre esperanza con euforia
de Dios mismo en vigilia transitoria
que ve un segundo en cada siglo dado.
Sin embargo en el hombre es diferente
pues camina hacia Dios con paso lento
bajo el yugo del tiempo que le miente.
Cree que es largo vivir cada momento
y de la noche al día es imprudente
encaminando el paso al sufrimiento.
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