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El alcohol maldito - Poemas de Antonio R Munguia


 
 
El alcohol maldito
Poema publicado el 21 de Diciembre de 2010


CARTA A MI AMIGO RAMON VENEGAS LIMON para disentir de su poema publicado en You Tube.


Me parece que estás equivocado
al pensar que el alcohol es un remedio
infalible para evitar el tedio
y olvidar a un amor que fue pecado.

Yo más bien lo concibo el enemigo
sin espacio a tener ninguna duda:
envenena mendaz, finge que ayuda
a aquel que lo conserva como amigo.

De inicio es un elíxir exultante
que hace creer que todo es alegría,
hasta que llega la mañana fría
en que todo se torna apabullante.

Yo lo experimenté con mucho duelo
cuando a huérfanos fuimos condenados
mis hermanas y yo;  encadenados
a una vida de luto y de desvelo.

A sus treinta no sobrias primaveras
mi viejo nos dejó, junto a una madre
que a esa misma edad quedó de padre
a cargo de tres críos sin fronteras.

El vino dominó a aquel joven lleno
de promesas y planes no cumplidos,
por confiarse a los mágicos fluidos
del alcohol, su más trágico veneno.

Después caí también  en esa trampa
y en la cárcel me vi de prisionero,
una hija procreé en ese sendero
que me catapultó sobre su rampa.

Con el vuelo anterior llegó peor suerte
en mi sino de beodo irresponsable,
cuando en un accidente condenable
a un buen amigo le infligí la muerte.

Las puertas de mi vida alcoholizada
cerré con amargura indescriptible,
aprendí que el alcohol es muy temible
y al final nuestra vida es desgraciada.

No dejes que te engañen sus delirios:
su aparente alegría es un suspiro,
en cambio el daño según yo lo miro
es eterna cadena de martirios.

Que la luz de tus muchas aptitudes
el alcohol ya no engañe con sus flamas,
lo que aumenta al tocar son sólo dramas
que socavan y extinguen tus virtudes.

No puedo estar de acuerdo con tu idea
porque es en carne propia que he sufrido
el embate del líquido que ha sido
en mi vida una pútrida presea.

No quiero estar de acuerdo con tu dicho
pues negaría lo que más me duele.
Me aterra que mi espíritu revele
la más leve afición por ese bicho.

Es el alcohol un quídam que provoca,
la trabazón que enlaza las desgracias,
de la vida las trágicas falacias
que llevan a la muerte que aún no toca.

Acepta mis disculpas más sentidas
pero el tema me llega y me conmueve,
son tantas estas costras que remueve
y sangran otra vez viejas heridas.

¿Que si gusto de un trago algunas veces?
Claro que sí, pero poniendo un alto
antes de dar infausto y negro salto
donde el mortal enfrenta sus reveses.

Si en el andar de la mundana senda
alguna vez me encuentras embriagado,
te ruego me recuerdes lo contado
en estos versos que te entrego en prenda.

Te abrazo fraternal y emocionado
con afecto que siempre te he tenido,
siente y goza este mundo como el nido
donde eres del gran Dios su ser amado.

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