Cristo y las religiones - Poemas de Antonio R Munguia
Cristo y las religiones
Poema publicado el 19 de Diciembre de 2010
Cristos hay de madera y de metales
que cambian de colores y de formas,
igual que religiones y que normas
que inventan los fanáticos mortales.
Yo no sé si son bienes o son males
tantas versiones y tantas reformas
del Evangelio que Tú, Cristo, conformas
dejándote querer por tus ideales.
Yo sólo sé que Tú, crucificado,
resucitado en medio de tu gloria
o en el altar de un corazón honrado,
eres de Dios el Hijo que la historia
destaca como el más iluminado,
Que dio la vida por la humana escoria.
CRISTO EL MESIAS CONFIRMO SU ORIGEN
ll
Reencarnar fue enseñanza primitiva
comprobada con múltiples razones,
que la Escritura en muchas alusiones
con perífrasis da sin disyuntiva.
Cristo queriendo una respuesta viva
preguntó quién su espíritu y acciones
reencarnación creíble era en versiones
del pueblo que adoraba a la deriva.
Y no les refutó cuando dijeron
que a ilustres fallecidos los citaban
aquellos que de niño le creyeron
el Mesías divino al que esperaban.
No contradijo nada... mas lo oyeron
aceptar que era CRISTO al que miraban
Poema publicado el 19 de Diciembre de 2010
Cristos hay de madera y de metales
que cambian de colores y de formas,
igual que religiones y que normas
que inventan los fanáticos mortales.
Yo no sé si son bienes o son males
tantas versiones y tantas reformas
del Evangelio que Tú, Cristo, conformas
dejándote querer por tus ideales.
Yo sólo sé que Tú, crucificado,
resucitado en medio de tu gloria
o en el altar de un corazón honrado,
eres de Dios el Hijo que la historia
destaca como el más iluminado,
Que dio la vida por la humana escoria.
CRISTO EL MESIAS CONFIRMO SU ORIGEN
ll
Reencarnar fue enseñanza primitiva
comprobada con múltiples razones,
que la Escritura en muchas alusiones
con perífrasis da sin disyuntiva.
Cristo queriendo una respuesta viva
preguntó quién su espíritu y acciones
reencarnación creíble era en versiones
del pueblo que adoraba a la deriva.
Y no les refutó cuando dijeron
que a ilustres fallecidos los citaban
aquellos que de niño le creyeron
el Mesías divino al que esperaban.
No contradijo nada... mas lo oyeron
aceptar que era CRISTO al que miraban
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