A evangelina (l) - Poemas de Antonio R Munguia
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A evangelina (l)
Poema publicado el 22 de Diciembre de 2010
La burla de mirarla a cada instante
le da fuerza al amor que en mi alma inspira,
mientras que la frialdad con que me mira
asesina mi espíritu arrogante.
Mas no importa, mis hálitos de amante
no caerán en las garras de la ira,
y a pesar del engaño y la mentira
siempre será a su amor al que le cante.
Destruiré el mito falaz de lo imposible
con la espada que blande emocionado
el coloso afamado de invencible,
aunque al fin terminara destrozado
llorando ante una tumba inconcebible
al amor que jamás habré alcanzado…
A EVANGELINA II
Nada me puede dar mayor contento
que saberte a mi lado ilusionada,
y saber que en su vaina está la espada
que empuñé ayer para lograr mi intento.
Juré luchar hasta el mortal aliento
para lograr que tu alma enamorada
se prendiera en fogosa llamarada
rindiéndose a mi amor y juramento.
No blandiré ya más la hoja filosa
ni tendré que postrarme resignado
a llorar al final ante tu fosa,
pues Dios me ha permitido enamorado
lograr hacer de ti mi linda esposa
con la misma ilusìón que en el pasado…
Poema publicado el 22 de Diciembre de 2010
La burla de mirarla a cada instante
le da fuerza al amor que en mi alma inspira,
mientras que la frialdad con que me mira
asesina mi espíritu arrogante.
Mas no importa, mis hálitos de amante
no caerán en las garras de la ira,
y a pesar del engaño y la mentira
siempre será a su amor al que le cante.
Destruiré el mito falaz de lo imposible
con la espada que blande emocionado
el coloso afamado de invencible,
aunque al fin terminara destrozado
llorando ante una tumba inconcebible
al amor que jamás habré alcanzado…
A EVANGELINA II
Nada me puede dar mayor contento
que saberte a mi lado ilusionada,
y saber que en su vaina está la espada
que empuñé ayer para lograr mi intento.
Juré luchar hasta el mortal aliento
para lograr que tu alma enamorada
se prendiera en fogosa llamarada
rindiéndose a mi amor y juramento.
No blandiré ya más la hoja filosa
ni tendré que postrarme resignado
a llorar al final ante tu fosa,
pues Dios me ha permitido enamorado
lograr hacer de ti mi linda esposa
con la misma ilusìón que en el pasado…
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