Sueño de adolescente - Poemas de Alfredo Farias Álvarez
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Sueño de adolescente
Poema publicado el 23 de Noviembre de 2012
Sueño de adolescente
La vi de lejos en aquella playa
playa solitaria, tan solo ella y yo.
Venía arrastrando sus pies descalzos,
la mar moría por besar sus plantas.
Pasó frente a mí como feliz visión,
al pasar me miró como al descuido,
pensé: "bendita playa en que me encuentro,
justo aquí se abrió el celeste abismo "
Era bella como un ángel del cielo,
no podía ser otra su morada.
La siguió mi vista, luego yo entero,
giró su rostro y le vi una sonrisa.
Ángel o bruja, puesto que me hechizó,
cadenciosa, el paso no detuvo,
desprendió el vestido…quedé prendido,
sostén y calzón...ambos a la arena.
Amor y pasión, juntos en la ocasión,
encendidos por el vaivén de nalgas,
juro que verla me produjo orgasmo,
su caminar me tenía embobado.
Lamenté no ser pintor o un escultor,
y plasmar su belleza en tela o mármol;
trasladarla al lienzo sólo con ojos,
y esculpirla en mármol sólo con manos.
Sin pausa apurado y trastabillando,
me saqué la camisa y el pantalón,
preparé mi abordaje, babeando
la abordé, con casi mi último aliento.
La diosa se detuvo y avanzó a mi,
hasta sentí en mi pecho sus pezones,
sus labios a mi oído susurraron,
sentí desmayar, perdí los sentidos,
El susurro fue más acrecentado
y luego más fuerte, casi gritando,
¡¡ ya despierte mijito, son las siete !!
desperté erecto...casi eyaculando.
.......................................................
(abuelita, cómo te odié ese día)
Poema publicado el 23 de Noviembre de 2012
Sueño de adolescente
La vi de lejos en aquella playa
playa solitaria, tan solo ella y yo.
Venía arrastrando sus pies descalzos,
la mar moría por besar sus plantas.
Pasó frente a mí como feliz visión,
al pasar me miró como al descuido,
pensé: "bendita playa en que me encuentro,
justo aquí se abrió el celeste abismo "
Era bella como un ángel del cielo,
no podía ser otra su morada.
La siguió mi vista, luego yo entero,
giró su rostro y le vi una sonrisa.
Ángel o bruja, puesto que me hechizó,
cadenciosa, el paso no detuvo,
desprendió el vestido…quedé prendido,
sostén y calzón...ambos a la arena.
Amor y pasión, juntos en la ocasión,
encendidos por el vaivén de nalgas,
juro que verla me produjo orgasmo,
su caminar me tenía embobado.
Lamenté no ser pintor o un escultor,
y plasmar su belleza en tela o mármol;
trasladarla al lienzo sólo con ojos,
y esculpirla en mármol sólo con manos.
Sin pausa apurado y trastabillando,
me saqué la camisa y el pantalón,
preparé mi abordaje, babeando
la abordé, con casi mi último aliento.
La diosa se detuvo y avanzó a mi,
hasta sentí en mi pecho sus pezones,
sus labios a mi oído susurraron,
sentí desmayar, perdí los sentidos,
El susurro fue más acrecentado
y luego más fuerte, casi gritando,
¡¡ ya despierte mijito, son las siete !!
desperté erecto...casi eyaculando.
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(abuelita, cómo te odié ese día)
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