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Para llegar a amarme... - Poemas de YANIRA SOUNDY


 
 
Para llegar a amarme...
Poema publicado el 10 de Febrero de 2003

               

Este día en el ascensor, la inquietud ha vedado nuestro beso. A pesar de vernos llegar sin el  usual cargamento de miedos y quimeras, con los ojos de ópalo y la sed que arde en nuestros cuerpos.

Estás frente a mí , como un  jardín de tallos en  mis venas,  donde estallan flores encendidas. Ardorosa maraña de historias en este suelo de sombras y pájaros de espumas.

Estas en mi, con la pompa del follaje eterno..

Déjame llenar mis labios de sonrisas, entender que mi vida esta hecha para las cumbres y no para los abismos. Quiero alejarme a la estación anónima y acariciar  tu cabello de lunas.

Este día la inquietud ha vedado nuestro beso. Se abre el ascensor y un áureo polen cae sobre mi corazón  desnudo. Mientras tú permaneces callado y frío.

Es el misterio que abre nuestras manos,  es el amor que se fue y no vino. Un viento en los naranjales, donde tiembla el cantar de los ayes,,,

Miro tu rastro  en los caminos vividos: firmando en el silencio, mesas de manteles blancos, noches de castos proyectos, sueños de ramas nerviosas, perfumes verbales, bailes y compases...  miro en tu noche: la galantería indiscreta, los donativos a la iglesia y los acentos medidos de tus palabras.

¿Vómo encontrar los dóndes, los cómos, los porqués? Cómo articular lo perdido y aquello que es solo un instante de quien juega a divagar, a soñar... a tener un paisaje irreal y un piano de hojas. Es andar y desandar con los párpados cerrados.

Para llegar a amarme es necesario  aprender a estrenar las alas de los pájaros y entregarte sin la embriaguez de las cañadas abiertas. 

Hoy te miro como el niño que corre para no asustarse, con su otoño prendido como sol a mi silueta; seguro de vivir para olvidar la vida. No escuchas el ruido de los sueños,  la dulce hierba que cae , acaricia y se va, ni la orilla fresca donde los pies desnudos ignoran al viento. No rompes el frío ni salpicas las flores con  las palabras.

Tu  luna aparece en el cielo al contraluz de la tarde...

La sombra espesa ha callado nuestras bocas, amarrándonos  las manos intactas.

He llegado a casa, veo de lejos el tráfico  imponente, y  destellos de luz sobre las cabezas de los automovilistas. Me siento frente a la computadora, suspendida en el tiempo y conjugo el rojo, el índigo, la plata, la dulzura del otoño, el amarillo.. la música nueva y las estrellas marchitas.



Poema proporcionado por la autora

       

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