Lechusa - Poemas de SERAFÍN J. GARCÍA
Lechusa
Poema publicado el 03 de Julio de 2002
Sos un bicho infelís. Naides te quiere.
De tuitos laos vivís escurrasada.
Y hasta los mesmos pájaros te juyen
porque tienen a menos tu compaña.
Cierto que con tus ojos amariyos
-que aujerean la noche más toldada-,
con tus patas cuartiadas y macetas
y tu pico dao güelta, sos fierasa.
Cierto qu'en lo sanguanga y desabrida
ni el Juan Grande t'iguala,
y que tu canto es un chiyido sonso
que ni a un gurí de teta li hace gracia.
Pero eso no es pecao. Hay otros pájaros
que son fieros tamién, y que no cantan,
y algunos, como el toldo,
que de haraganes ni pichones sacan.
Y solamente a vos te tienen tirria.
Hasta se ha dao en crer que tráis disgracia,
y que andás en negocios con mandinga
y le chistás, de noche, cuando pasa.
Y no falta quien diga
que a la muerte tamién solés cuartiarla,
y que hay velorio en fija
cuando gritás tres veces enrabadas.
Vos, como si supieras que te odean,
vivís lo más del día acuquinada
en la puerta'e tu cueva, o en un poste,
bombiando con recelo a los que pasan.
Sólo de noche te sentís a gusto,
porque la noche no se fija en fachas,
y a tuitos, pa que no haygan diferiencias,
en el luto'e su poncho los iguala.
¡Qué destino amolao! ¡Sin un delito
y a matreriarle al chumbo condenada!
¡Sólo porque Dios t'hiso fiera y triste
y te negó la cencia'e las calandrias!
Hay hombres como vos. Naides los quiere.
Son como oveja negra en la majada.
Y más pobres que vos, más infelices,
porque pa juirle al mal, ¡carecen de alas!
Poema publicado el 03 de Julio de 2002
Sos un bicho infelís. Naides te quiere.
De tuitos laos vivís escurrasada.
Y hasta los mesmos pájaros te juyen
porque tienen a menos tu compaña.
Cierto que con tus ojos amariyos
-que aujerean la noche más toldada-,
con tus patas cuartiadas y macetas
y tu pico dao güelta, sos fierasa.
Cierto qu'en lo sanguanga y desabrida
ni el Juan Grande t'iguala,
y que tu canto es un chiyido sonso
que ni a un gurí de teta li hace gracia.
Pero eso no es pecao. Hay otros pájaros
que son fieros tamién, y que no cantan,
y algunos, como el toldo,
que de haraganes ni pichones sacan.
Y solamente a vos te tienen tirria.
Hasta se ha dao en crer que tráis disgracia,
y que andás en negocios con mandinga
y le chistás, de noche, cuando pasa.
Y no falta quien diga
que a la muerte tamién solés cuartiarla,
y que hay velorio en fija
cuando gritás tres veces enrabadas.
Vos, como si supieras que te odean,
vivís lo más del día acuquinada
en la puerta'e tu cueva, o en un poste,
bombiando con recelo a los que pasan.
Sólo de noche te sentís a gusto,
porque la noche no se fija en fachas,
y a tuitos, pa que no haygan diferiencias,
en el luto'e su poncho los iguala.
¡Qué destino amolao! ¡Sin un delito
y a matreriarle al chumbo condenada!
¡Sólo porque Dios t'hiso fiera y triste
y te negó la cencia'e las calandrias!
Hay hombres como vos. Naides los quiere.
Son como oveja negra en la majada.
Y más pobres que vos, más infelices,
porque pa juirle al mal, ¡carecen de alas!
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