El poeta interplanetario - Poemas de Santiago Oreggia
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El poeta interplanetario
Poema publicado el 24 de Diciembre de 2001
En la calidez de la noche,
como un duende magico
suavemente golpeo mi ventanta,
invitandome a volar a su lado,
por la majestuosidad del espacio.
Me tomo del brazo,
y mi cuerpo perdio sentido,
hallandome repentinamente,
flotando, deslizándome, navegando,
a su lado,
entre estrellas luminosas,
cometas fantasiosas,
asteroides espaciales
y planetas soñados,
en una colosal sensación de,
paz entraña sublime.
Repentinamente cambio su rumbo,
invitándome a su hogar,
el astro donde mora,
mas conocido,
por el planeta,
de la musa poética fantástica
Me invito un trago especial,
de su bodega añeja,
compuesto de cielos,
estrellas, lunas, soles,
amaneceres, atardeceres,
poesía y existencia.
Y así...
con sus sensibles lenguajes poéticos,
me fue induciendo a una revisión de mi vida,
escuchándome con la paciencia de los sabios,
y la tolerancia de los amigos.
Cuando calle...
tomo una viola,
entonando tonadas tan bellas,
que sé esparcían por el espacio,
deleitando a lunas y estrellas,
cometas y meteoritos
y todo ser que morara en él.
Repentinamente callo,
me miro con su rostro luminoso de bondad,
expresándome:
“La vida amigo,
es una conjunción de,
vivencias y existencias,
algunas felices,
otras dolorosas,
donde cosechas lo que siembras,
para subsistir,
pero jamás podrás,
perdurar en ella sin amor”
Y el amor amigo...
“a veces viene y se va”,
pero siempre vuelve...
El hombre sin amor,
es como un planeta,
sin luna y sin sol,
como una estrella sin luz,
que se entierra en su propia oscuridad.
Cuando la luna comenzaba a ceder su espacio al sol,
me tomo nuevamente del brazo,
nos elevamos por el espacio,
y navegamos a mi ventana.
Me deposito en mis aposentos.
Con un fuerte abrazo,
y una confortante sonrisa,
se despidió y partió,
volando entre caracolas espaciales
nuevamente a su morada,
“Murius”, mi amigo,
¡el poeta interplanetario!
reservados todos los derechos Santiago Oreggia©
Poema publicado el 24 de Diciembre de 2001
En la calidez de la noche,
como un duende magico
suavemente golpeo mi ventanta,
invitandome a volar a su lado,
por la majestuosidad del espacio.
Me tomo del brazo,
y mi cuerpo perdio sentido,
hallandome repentinamente,
flotando, deslizándome, navegando,
a su lado,
entre estrellas luminosas,
cometas fantasiosas,
asteroides espaciales
y planetas soñados,
en una colosal sensación de,
paz entraña sublime.
Repentinamente cambio su rumbo,
invitándome a su hogar,
el astro donde mora,
mas conocido,
por el planeta,
de la musa poética fantástica
Me invito un trago especial,
de su bodega añeja,
compuesto de cielos,
estrellas, lunas, soles,
amaneceres, atardeceres,
poesía y existencia.
Y así...
con sus sensibles lenguajes poéticos,
me fue induciendo a una revisión de mi vida,
escuchándome con la paciencia de los sabios,
y la tolerancia de los amigos.
Cuando calle...
tomo una viola,
entonando tonadas tan bellas,
que sé esparcían por el espacio,
deleitando a lunas y estrellas,
cometas y meteoritos
y todo ser que morara en él.
Repentinamente callo,
me miro con su rostro luminoso de bondad,
expresándome:
“La vida amigo,
es una conjunción de,
vivencias y existencias,
algunas felices,
otras dolorosas,
donde cosechas lo que siembras,
para subsistir,
pero jamás podrás,
perdurar en ella sin amor”
Y el amor amigo...
“a veces viene y se va”,
pero siempre vuelve...
El hombre sin amor,
es como un planeta,
sin luna y sin sol,
como una estrella sin luz,
que se entierra en su propia oscuridad.
Cuando la luna comenzaba a ceder su espacio al sol,
me tomo nuevamente del brazo,
nos elevamos por el espacio,
y navegamos a mi ventana.
Me deposito en mis aposentos.
Con un fuerte abrazo,
y una confortante sonrisa,
se despidió y partió,
volando entre caracolas espaciales
nuevamente a su morada,
“Murius”, mi amigo,
¡el poeta interplanetario!
reservados todos los derechos Santiago Oreggia©
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