En el follaje de la luz - Poemas de Roberto Ramón Díaz Blanco
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En el follaje de la luz
Poema publicado el 19 de Febrero de 2012
Entre nosotros habitan
muchos pedazos de tiempo todavía vivos.
Recuerdo el marpacifico rojo
que te regalé cuando salimos la primera vez
lo miraste y lo oliste.Tal vez adivinaste que lo robé
del jardín vecino; pero no te importó,
lo ensartaste en tu cabello
que se iluminó de flor sencilla
y sonreíste.
Además, recuerdo el primer beso,
robado también al compás de un bolero;
ese si pareció importarte,
porque te pusiste de nieve en pleno 11 de junio,
y al cabo de un minuto sonreíste.
Inolvidables fueron las horas
que paseamos junto al agua encabritada del Malecón habanero.
Vivimos la lluvia empapando calles en la madrugada,
y sonreíste mientras yo jugaba a ser cielo hecho de prisa.
Compartimos la galleta y el jamón, el pan y la cebolla,
la sopa y el pollo, el arroz y el huevo frito, el puré y la nada algunas veces,
pero siempre sonreíste, sonreíste!
Dime hoy lo que te pasa, amor.
Más allá de la letra, ya no sonríes,
me encuentro con tus ojos
y te pierdes en el día
huyendo en el follaje de la luz.
Poema publicado el 19 de Febrero de 2012
Entre nosotros habitan
muchos pedazos de tiempo todavía vivos.
Recuerdo el marpacifico rojo
que te regalé cuando salimos la primera vez
lo miraste y lo oliste.Tal vez adivinaste que lo robé
del jardín vecino; pero no te importó,
lo ensartaste en tu cabello
que se iluminó de flor sencilla
y sonreíste.
Además, recuerdo el primer beso,
robado también al compás de un bolero;
ese si pareció importarte,
porque te pusiste de nieve en pleno 11 de junio,
y al cabo de un minuto sonreíste.
Inolvidables fueron las horas
que paseamos junto al agua encabritada del Malecón habanero.
Vivimos la lluvia empapando calles en la madrugada,
y sonreíste mientras yo jugaba a ser cielo hecho de prisa.
Compartimos la galleta y el jamón, el pan y la cebolla,
la sopa y el pollo, el arroz y el huevo frito, el puré y la nada algunas veces,
pero siempre sonreíste, sonreíste!
Dime hoy lo que te pasa, amor.
Más allá de la letra, ya no sonríes,
me encuentro con tus ojos
y te pierdes en el día
huyendo en el follaje de la luz.
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