Nocturno a nuestro amor - Poemas de Radamante **
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Nocturno a nuestro amor
Poema publicado el 28 de Febrero de 2012
NOCTURNO A NUESTRO AMOR
Perdido en tu mirar,
distraído por lo negro de la noche,
trataba de acercarme cauteloso hacia ti.
Contemplando el firmamento te encontrabas,
y tu mente divagaba, y viajabas hasta mí;
con tus manos me tomabas,
y a perderme en las estrellas me invitabas.
Y estando unidos como rayo de luz,
en momentos fugaces nos fundíamos,
creando en ese instante
la policromía del universo.
Entretanto en nuestra marcha,
alejando lo absurdo de este mundo,
con todo lo negro de la noche,
el amor que emanábamos era el vagabundo.
Y siguiendo a las estrellas,
una a una fue formando
la misma palabra en el manto oscuro,
este no era un enigma para ambos,
sólo para el resto de las multitudes,
ya que no lograban concebir de modo alguno
que existiera tal amor en este mundo.
Y de nuevo regresaba,
y tu aún perdida en tus adentros,
contemplando el majestuoso manto negro;
más de pronto, al tratar de distraerte,
intranquila me envolviste en tu mirada;
-no pasa nada-
susurré a tu oído,
y así, muy unidos, dirigimos nuestras almas,
a perderse con la noche; y en la nada.
CONTACTO: radamante65@hotmail.com
Poema publicado el 28 de Febrero de 2012
NOCTURNO A NUESTRO AMOR
Perdido en tu mirar,
distraído por lo negro de la noche,
trataba de acercarme cauteloso hacia ti.
Contemplando el firmamento te encontrabas,
y tu mente divagaba, y viajabas hasta mí;
con tus manos me tomabas,
y a perderme en las estrellas me invitabas.
Y estando unidos como rayo de luz,
en momentos fugaces nos fundíamos,
creando en ese instante
la policromía del universo.
Entretanto en nuestra marcha,
alejando lo absurdo de este mundo,
con todo lo negro de la noche,
el amor que emanábamos era el vagabundo.
Y siguiendo a las estrellas,
una a una fue formando
la misma palabra en el manto oscuro,
este no era un enigma para ambos,
sólo para el resto de las multitudes,
ya que no lograban concebir de modo alguno
que existiera tal amor en este mundo.
Y de nuevo regresaba,
y tu aún perdida en tus adentros,
contemplando el majestuoso manto negro;
más de pronto, al tratar de distraerte,
intranquila me envolviste en tu mirada;
-no pasa nada-
susurré a tu oído,
y así, muy unidos, dirigimos nuestras almas,
a perderse con la noche; y en la nada.
CONTACTO: radamante65@hotmail.com
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