Yanira soundy - Poemas de Pepe Mas
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Yanira soundy
Poema publicado el 05 de Enero de 2000
Tres sílabas de cielo con reflejo de estero,
constituyen tu nombre;
sigiloso andar verde sombrío, de selva,
tiñen las dos de tu apellido.
¿Cómo será tu voz, Yanira?
¿Qué claridades le darán su timbre?
¿Qué resquemor de encierro grave
repercutirá en tu soundy?
Tu voz circula como savia (Yanira) sabia,
por la altura crujiente de tus árboles.
Y hace vivir en sangre y sentimientos (Soundy)
la piedra, que ya no podrá ser sorda ni ciega:
como lo son los hombres.
Tu voz es el milagro que desenclava
las rejas congénitas e impuestas
de la sordera.
Y aunque conoces todas las heridas,
tu voz destila miel, y avienta polen
sobre las violaciones del abandono
y todas las pústulas de la amargura.
Tu voz hace volverse niños a los que, ni siquiera, pudieron serlo.
Y es para la retina callada y procelosa
de los ciegos,
el fuego de San Telmo que chisporrotea en el mástil combatido,
haciendo altar del mar.
Cuando tu voz (Yanira) suena, (Soundy)
detrás del terremoto,
el calcetín del caos comienza lentamente
a darse vuelta:
y una vez más,
calza la vida sus renqueantes,
sus obstinados pasos.
Poema publicado el 05 de Enero de 2000
Tres sílabas de cielo con reflejo de estero,
constituyen tu nombre;
sigiloso andar verde sombrío, de selva,
tiñen las dos de tu apellido.
¿Cómo será tu voz, Yanira?
¿Qué claridades le darán su timbre?
¿Qué resquemor de encierro grave
repercutirá en tu soundy?
Tu voz circula como savia (Yanira) sabia,
por la altura crujiente de tus árboles.
Y hace vivir en sangre y sentimientos (Soundy)
la piedra, que ya no podrá ser sorda ni ciega:
como lo son los hombres.
Tu voz es el milagro que desenclava
las rejas congénitas e impuestas
de la sordera.
Y aunque conoces todas las heridas,
tu voz destila miel, y avienta polen
sobre las violaciones del abandono
y todas las pústulas de la amargura.
Tu voz hace volverse niños a los que, ni siquiera, pudieron serlo.
Y es para la retina callada y procelosa
de los ciegos,
el fuego de San Telmo que chisporrotea en el mástil combatido,
haciendo altar del mar.
Cuando tu voz (Yanira) suena, (Soundy)
detrás del terremoto,
el calcetín del caos comienza lentamente
a darse vuelta:
y una vez más,
calza la vida sus renqueantes,
sus obstinados pasos.
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