Pilt y enf - Poemas de LUIS ALBERTO PALACIOS ROMÁN
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Pilt y enf
Poema publicado el 05 de Enero de 2002
¡Esa mujer es una piltrafa!
¡Ese hombre es la enfermedad!
Malas señales.
Son los hijastros de un bastardo.
¿En dónde es que estuvieron?
Tras esta constante época de problemas,
en la parte más infalible de la crisis,
sobre los suelos de la inestabilidad.
La piltrafa
tiene unas piernas tan majestuosas
que la madre ha estado cerca de arrancárselas
en abundantes ocasiones.
El enfermador
hace abundantes retratos
de su cuerpo entre el retrete,
trata de soportar una vida
que desde hace mucho tiempo
está extraviada en el manicomio.
Así es esa pareja de hermanos
que le duele a la humanidad
que la avergüenza
y no la quiere aceptar.
Palabras al azar,
estimulantes de frasquito
haciendo peripecias
con la mente,
blasfemando con temor
señaladas y muy legítimas
dueñas del gusto por lo inaceptable.
Septiembre aún está muy lejos
de ser el mañana
para los que buscan dominar;
aunque se aprecian sus abundantes ganas,
porque hacen posibles,
imposibles
y el resto
con los golpes
que pegan tan fuerte
esos puñetazos que son tan severos,
las palabras se pierden.
Poema publicado el 05 de Enero de 2002
¡Esa mujer es una piltrafa!
¡Ese hombre es la enfermedad!
Malas señales.
Son los hijastros de un bastardo.
¿En dónde es que estuvieron?
Tras esta constante época de problemas,
en la parte más infalible de la crisis,
sobre los suelos de la inestabilidad.
La piltrafa
tiene unas piernas tan majestuosas
que la madre ha estado cerca de arrancárselas
en abundantes ocasiones.
El enfermador
hace abundantes retratos
de su cuerpo entre el retrete,
trata de soportar una vida
que desde hace mucho tiempo
está extraviada en el manicomio.
Así es esa pareja de hermanos
que le duele a la humanidad
que la avergüenza
y no la quiere aceptar.
Palabras al azar,
estimulantes de frasquito
haciendo peripecias
con la mente,
blasfemando con temor
señaladas y muy legítimas
dueñas del gusto por lo inaceptable.
Septiembre aún está muy lejos
de ser el mañana
para los que buscan dominar;
aunque se aprecian sus abundantes ganas,
porque hacen posibles,
imposibles
y el resto
con los golpes
que pegan tan fuerte
esos puñetazos que son tan severos,
las palabras se pierden.
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