ÑaÑaras - Poemas de LUIS ALBERTO PALACIOS ROMÁN
ÑaÑaras
Poema publicado el 27 de Marzo de 2008
Traen la ropa quemada,
la cocción se pasó
de su tiempo.
A ella se le ha inflamado
el nervio ciático
por acostarse en la cama
con uno, dos, tres, cuatro...
muchos hombres;
en una, dos, tres, cuatro...
excesiva cantidad de noches.
¡Shucos! ¡“no, son chucos”!
shucos son los que venden en la U
para los que no tienen mucho pisto
y para los que lo tienen
y prefieren gastarlo
en los chupaderos.
Regresan a galope firme
con borrador en pezuña
los poemas dignos del desorden.
A causa de la desorganización
no supieron controlar
a los zancudos
que los picaron por aquí, por allá
y hasta por todos lados.
Hoy no hay tamales,
pero sí hay chuchitos,
sino, pregúntenles a las patojas
que se quejan
por tener que soportar
improperios a granel.
Por eso otras no tan patojas
pero sí bien pilas
sacaron el chicote
para pegar en seco
o en mojado
(en la mayoría de los casos)
a los chuchones
y dejarles paches los ojotes
porque les quieren andar viendo
las carnes
a todas las chatías en general.
Mañana no hay tamales
y la historia no se repite.
¡Joder!
A eso se ha dedicado
este palabrerío
que mejor prefirió
ser una sátira
a tratar un delicado tema
acerca de una revista
que en determinado momento
se coció.
¡Salúd!
Poema publicado el 27 de Marzo de 2008
Traen la ropa quemada,
la cocción se pasó
de su tiempo.
A ella se le ha inflamado
el nervio ciático
por acostarse en la cama
con uno, dos, tres, cuatro...
muchos hombres;
en una, dos, tres, cuatro...
excesiva cantidad de noches.
¡Shucos! ¡“no, son chucos”!
shucos son los que venden en la U
para los que no tienen mucho pisto
y para los que lo tienen
y prefieren gastarlo
en los chupaderos.
Regresan a galope firme
con borrador en pezuña
los poemas dignos del desorden.
A causa de la desorganización
no supieron controlar
a los zancudos
que los picaron por aquí, por allá
y hasta por todos lados.
Hoy no hay tamales,
pero sí hay chuchitos,
sino, pregúntenles a las patojas
que se quejan
por tener que soportar
improperios a granel.
Por eso otras no tan patojas
pero sí bien pilas
sacaron el chicote
para pegar en seco
o en mojado
(en la mayoría de los casos)
a los chuchones
y dejarles paches los ojotes
porque les quieren andar viendo
las carnes
a todas las chatías en general.
Mañana no hay tamales
y la historia no se repite.
¡Joder!
A eso se ha dedicado
este palabrerío
que mejor prefirió
ser una sátira
a tratar un delicado tema
acerca de una revista
que en determinado momento
se coció.
¡Salúd!
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