Rebelión de un recién nacido - Poemas de Juan Antonio Villacañas
Rebelión de un recién nacido
Poema publicado el 07 de Abril de 2011
REBELIÓN DE UN RECIÉN NACIDO
Dios está limitando con mi incredulidad
constantemente.
Y mi incredulidad es tanto Dios, que estoy casi seguro
de poder adorarle.
Los hombres me cuentan sus historias,
pobres, tristes, insignificantes...
Los niños nacen
y nacen de algún modo las arañas.
Los niños y las arañas tienden a Dios sus redes.
Pero Dios no se rinde, no puede caer en la trampa.
Y sigue pisando redes y niños y arañas con la suavidad del aire,
con la suavidad del aire de un Dios Padre.
Y sigue pisando niños y redes como un viento huracanado,
digno hijo del aire.
Mas si llega a los hombres -como llega a los hombres-
la Humanidad es columpio de Dios.
Y se columpia Dios. Y arde. Y se columpia Dios. Y arde. Y...
quién sabe, si pidiendo perdón ahora
a cualquier hombre que encuentre por la calle,
Dios dejará de arder en mi incredulidad.
¡Quién sabe!
(De Rebelión de un recién nacido, 1973)
Poema publicado el 07 de Abril de 2011
REBELIÓN DE UN RECIÉN NACIDO
Dios está limitando con mi incredulidad
constantemente.
Y mi incredulidad es tanto Dios, que estoy casi seguro
de poder adorarle.
Los hombres me cuentan sus historias,
pobres, tristes, insignificantes...
Los niños nacen
y nacen de algún modo las arañas.
Los niños y las arañas tienden a Dios sus redes.
Pero Dios no se rinde, no puede caer en la trampa.
Y sigue pisando redes y niños y arañas con la suavidad del aire,
con la suavidad del aire de un Dios Padre.
Y sigue pisando niños y redes como un viento huracanado,
digno hijo del aire.
Mas si llega a los hombres -como llega a los hombres-
la Humanidad es columpio de Dios.
Y se columpia Dios. Y arde. Y se columpia Dios. Y arde. Y...
quién sabe, si pidiendo perdón ahora
a cualquier hombre que encuentre por la calle,
Dios dejará de arder en mi incredulidad.
¡Quién sabe!
(De Rebelión de un recién nacido, 1973)
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