Poemas de Gérard de Nerval
Gérard de Nerval
Gérard de Nerval (22 de mayo de 1808 – 26 de enero de 1855) era
el pseudónimo literario del poeta, ensayista y traductor francés Gérard
Labrunie, el más esencialmente romántico de los poetas franceses.
En vida no conoció el éxito, pero su obra influyó
decisivamente en el surrealismo y está considerada como uno de los pilares de la
literatura moderna. André Breton en el "Primer Manifiesto Surrealista" (1924)
afirma:
Con mayor justicia todavía, hubiéramos podido apropiarnos del término
surrealismo, empleado por Gérard de Nerval en la dedicatoria de Filles de
feu. Efectivamente, parece que Nerval conoció a maravilla el espíritu de
nuestra doctrina, en tanto que Apollinaire conocía tan sólo la letra.
Nació en París en 1808. La muerte de su madre, Marie Antoniette Marguerite
Laurent, cuando aún era un niño marcó no sólo su vida sino también su obra.
Murió de meningitis en Silesia cuando acompañaba a sus marido Etienne, un doctor
al servicio de la Grande Armée. Fue educado por su tío-abuelo en la campiña de
Valois hasta 1814, cuando fue enviado a París. Durante las vacaciones visitaba
Valois y escribió su libro Canciones y leyendas de Valois. En 1826-27 tradujo el
Fausto de Goethe, lo que le dio a conocer, a Schiller, y los poemas de Heinrich
Heine. Tuvo diversos trabajos: periodista, aprendiz de imprenta, ayudante de
notario. Escribió varias obras dramáticas en colaboración con Alejandro Dumas,
además de ser gran amigo de Théophile Gautier (con el cual se reunía en el "club
de los hachisianos") y Víctor Hugo.
En 1833 se enamoró de la actriz y cantante Jenny Colon, a quien le dedicó un
culto idólatra. La muerte prematura de ésta en 1842, con 34 años, le dejó
gravemente transtornado.
Viajó y peregrinó por Oriente, en donde le encandiló la cultura turca, en Siria
estuvo a apunto de casarse con la hija de un jeque y en Beirut se enamoró de la
muchacha drusa Salerna. Por el norte de África, en El Cairo compró una esclava
javanesa. Su salud se vio deteriorada por estos exóticos viajes.
Fue figura de la bohemia parisina donde se convirtió en una persona
extravagante, como partido en dos, escindido de sí mismo: la realidad y el otro
lado. Todo esto se refleja en la continua tensión de contrarios que manifiesta
su obra. Después de este suceso se dedicó a viajar por Europa, y en Inglaterra
conoció a Charles Dickens.
Gérard de Nerval fue durante toda su vida un espíritu atormentado que en los
últimos años de su vida, los más fecundos, sufrió graves trastornos nerviosos,
como transtorno bipolar, sonambulismo y esquizofrenia, lo que le llevó a
temporadas en varios hospitales psiquiátricos, en donde, lejos de curarse,
aumentaba su locura leyendo libros de ocultismo, cábala y magia, pero también
escribiendo relatos. En una de las situaciones que provocaban sus internamientos
fue el de verlo pasear a una langosta con una cinta azul. Estos sucesos unidos a
sus problemas económicos, le llevaron a suicidarse ahorcándose de una farola en
París, en 1855. Este trágico evento inspiró una litografía de Gustave Doré,
quizás la mejor de su obra. Esta enterrado en el famoso cementerio parisino de
Père-Lachaise.
Obra [editar]Dejó una obra no muy extensa pero aquilatada y misteriosa que, a
pesar de su carácter atormentado, refleja fielmente las inquietudes del alma
humana. Ejerció posteriormente influencia sobre Marcel Proust, René Daumal y
Antonin Artaud.
Sus obras capitales son "Viaje al Oriente" (1851), en la que relata las leyendas
oídas por los caminos durante sus viajes por Europa (Italia, Inglaterra,
Alemania, Austria, Holanda, Bélgica) y norte de África. "Les Illuminés, ou les
precurseurs du socialisme" (1852), fue una colección de novelas en las que habla
sobre Nicolás Edme Restif de la Bretonne, Cagliostro y otros. "Las hijas del
fuego" (1854), galería de retratos femeninos en los que invoca el amor.
"Aurelia" (1855), un clásico de nuestro tiempo que influyó grandemente a los
surrealistas. El autor nos narra aquí su particular viaje vital del brazo de la
locura, que es al mismo tiempo la primera mirada moderna a esas profundidades.
El libro de poemas "Las Quimeras" (1854), que contiene el célebre soneto "El
Desdichado". En uno de sus últimos poemas, "Epitafio", ya intuyó su imminente
muerte:
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