Nítido, intenso - Poemas de José Antonio Llamas Fernández
Nítido, intenso
Poema publicado el 12 de Abril de 2005
Nítido, intenso, el corazón de los magnolios
no recuerda que fue ayer cuando taláronle
sus ramas
y corrió la sangre
La tijera del podador se abalanzó sobre una parte
de su vida, y, sin mediar palabra,
cercenó sus mejores días
y los brotes más insignes
La disculpa, innecesaria,
fue su curva hacia el jardín de al lado
aquel que un día habitara una muchacha
de mirar de fuego
La propiedad,
al menos en estos casos de belleza tan flagrante,
no debiera ser un robo (protestó el magnolio)
Nítido, intenso, el corazón del hombre
se abre paso en las desdichas,
se hace fuerte en sus heridas,
y en la creencia de que la disculpa,
cualquier disculpa,
nunca es justa y necesaria
Nítido, intenso, el corazón de árbol
abatido
de los sueños
Poema publicado el 12 de Abril de 2005
Nítido, intenso, el corazón de los magnolios
no recuerda que fue ayer cuando taláronle
sus ramas
y corrió la sangre
La tijera del podador se abalanzó sobre una parte
de su vida, y, sin mediar palabra,
cercenó sus mejores días
y los brotes más insignes
La disculpa, innecesaria,
fue su curva hacia el jardín de al lado
aquel que un día habitara una muchacha
de mirar de fuego
La propiedad,
al menos en estos casos de belleza tan flagrante,
no debiera ser un robo (protestó el magnolio)
Nítido, intenso, el corazón del hombre
se abre paso en las desdichas,
se hace fuerte en sus heridas,
y en la creencia de que la disculpa,
cualquier disculpa,
nunca es justa y necesaria
Nítido, intenso, el corazón de árbol
abatido
de los sueños
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