Como un ardiente niÑo (xvi) - Poemas de JOSE ANTONIO LABORDETA
Como un ardiente niÑo (xvi)
Poema publicado el 28 de Diciembre de 2005
Los muros de la casa se derrumban.
Se caen a golpes, a pedazos,
y desde su interior las grietas del recuerdo
se deshacen. Surgen muros insólitos,
pedazos de baldosa, chimeneas perdidas
en las noches de viento.
Salen a flor colores inéditos
ocultos por el tiempo y el crepúsculo
crece dentro de uno
a cada nuevo golpe de piqueta
sobre el pequeño rincón.
Cuando ya todo
se ha quedado en silencio
y sobre las paredes crece el polvo,
la yerba decrépita de agosto,
uno vuelve los ojos
al rincón más íntimo del tiempo
para hallarse otra vez,
sabiéndose perdido entre las piedras,
inútilmente huido para siempre.
Poema publicado el 28 de Diciembre de 2005
Los muros de la casa se derrumban.
Se caen a golpes, a pedazos,
y desde su interior las grietas del recuerdo
se deshacen. Surgen muros insólitos,
pedazos de baldosa, chimeneas perdidas
en las noches de viento.
Salen a flor colores inéditos
ocultos por el tiempo y el crepúsculo
crece dentro de uno
a cada nuevo golpe de piqueta
sobre el pequeño rincón.
Cuando ya todo
se ha quedado en silencio
y sobre las paredes crece el polvo,
la yerba decrépita de agosto,
uno vuelve los ojos
al rincón más íntimo del tiempo
para hallarse otra vez,
sabiéndose perdido entre las piedras,
inútilmente huido para siempre.
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